Servicios con otro semblante

Ventura de Jesús García

Matanzas.— La planta de fregado y ponchera Dos Ríos, ubicada en el centro de la ciudad de Matanzas, nunca tuvo mejor "semblante". De un tiempo a la fecha esta unidad se ve colmada de autos casi todo el día. Y al parecer no existe el menor reproche por parte de los clientes.

El colectivo del servicentro rescató el desmontador de la ponchera, por años en desuso.

"Antes era una odisea encontrar un sitio donde echarle aire a los neumáticos. Ese simple servicio constituía muchas veces una aspiración imposible. Sin embargo, usted viene a este sitio en cualquier momento del día y siempre encuentra cómo serviciar su auto", comenta Raúl Benavides, propietario de un viejo moskvitch.

Dos Ríos es una de las siete plantas de fregado y ponchera de la ciudad, todas pertenecientes a la Empresa Provincial de Transporte Automotriz. Esta es la de mayor capacidad y constituye un buen ejemplo en ese noble propósito por reordenar gradualmente la red de servicios a la población y garantizar su calidad de manera sistemática.

El administrador del Servicentro, el joven Carlos Ramón Fuentes, comenta que esas unidades estuvieron a punto de colapsar. Dice que no había con qué trabajar ni personal para hacerlo. Fue cuando decidieron entregarlas en arrendamiento y entonces las cosas cambiaron para bien. Los servicios que prestan comprenden el fregado y engrase, cambio de aceite, aspirado y limpieza interior, revisión y ajuste de tuercas y ponches con cámaras.

"Mi teoría, demostrada en la práctica, es asegurar un servicio de calidad y a gusto del consumidor, y que en correspondencia los ingresos tengan un reflejo efectivo en la satisfacción de los trabajadores. Una prueba de la efectividad de ese sistema de arrendamiento a trabajadores por cuenta propia, es que los clientes se muestran contentos, y que de aquí no se va nadie ni hay ausencias al trabajo".

Ramón Fuentes destaca entre otras ventajas, la limpieza (incluyendo las trampas de grasa), pintura y el adecuado alumbrado del local. "Somos cinco trabajadores y laboramos en dos turnos. Aquí, prevalece el buen trato y el cuidado del equipamiento y de los recursos. Por lo general no se rompen los equipos, y cuando eso sucede lo arreglamos nosotros mismos. Gracias a ese espíritu rescatamos el desmontador de la ponchera, por años en desuso".

Conforme con lo visto allí, los clientes agradecen ese ambiente de orden y eficiencia; no se ve a nadie refunfuñando por los rincones.

"Yo soy cliente viejo de este lugar y siempre que vengo me reciben de buena forma y revisan el estado del carro; nunca falta el servicio de aire", señaló Yunier Romero, conductor de un viejo almendrón que requiere de cuidado constante.

Otro usuario, José Ignacio Abréu, significó la buena limpieza y la atención esmerada de los trabajadores. "Este es un servicio de primera, el precio es algo elevado para mis posibilidades pero eso depende de los servicios que uno solicite". Sobre esto último, el ponchero Yasmani Contreras precisó que en cada una de las áreas está dispuesto en un lugar visible los servicios que prestan y el listado de precios.

Otro aspecto que habla a favor de Dos Ríos es el cuidado permanente por no exceder el plan de portadores energéticos. Eso es algo por lo que velamos día a día y en estos momentos estamos por debajo de lo planificado, dijo la económica Teresa Abréu.

La opinión de Carlos Riera, quien reside muy cerca de Dos Ríos, consolida lo dicho por conductores y propietarios de vehículos. "La administración y el colectivo de este centro no dejan de atender la preocupación de los vecinos. Aquí es raro que se susciten escándalos, pongan la música alta o molesten a quienes viven cerca de este lugar. El respeto hacia los demás también forma parte de la eficacia en la gestión de cualquier entidad".

 

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