Esos colectivos necesitan reparar y alistar en fecha, asegurar
puntualidad en la arrancada y evitar demoras injustificadas que
cuestan azúcar y deterioran los principales indicadores.
Aunque el resto de los 14 ingenios con menor disponibilidad de
caña se incorpora en enero, estos no pueden descuidarse pues tener
un calendario más holgado crea una confianza que a veces resulta
fatal.
Al comenzar noviembre el país promediaba un cumplimiento en el
avance físico de las reparaciones en la industria cercano al 99 %.
En cambio no todas las provincias registran iguales niveles y
mientras Camagüey alcanza el 100 %, Las Tunas, por ejemplo, apenas
rebasa el 92 % con atrasos en casi la totalidad de los tres
centrales que allí harán zafra. Por similar camino transita Matanzas
(poco más del
93 %) que tiene al Mario Muñoz Monroy, su carta de triunfo de
pasados años, empeñado en imprimirles celeridad a sus preparativos.
Es imprescindible una urgente reacción de centrales, por citar
algunos, como el Héctor Molina, de Mayabeque; José María Pérez, de
Villa Clara; Ciro Redondo, baluarte de los avileños; Loynaz
Hechavarría, de Holguín; Grito de Yara, de Granma, y América Libre,
de Santiago de Cuba.
Dadas sus características la falta de estabilidad en la
producción azucarera origina dificultades que después son imposibles
de solucionar al verse obligadas las fábricas a moler más caña de la
que se programó —si esta tuviera las condiciones— e incrementar los
días de molienda.
Al menos, según Azcuba, hasta el cierre de octubre y salvo
excepciones, el grueso de los ingenios cumplía o se acercaba al
avance físico que debían tener en ese momento.
Mas los experimentados técnicos y trabajadores saben que los
tropiezos por mala manipulación en cualesquiera de las áreas pueden
alterar el comienzo de las operaciones y perder un elevado tiempo e
incluso provocar roturas.
Demora en la llegada de una pieza o equipo, baja calidad en la
terminación y en su montaje, falta de preparación y calificación del
personal son parte de los elementos que echan por tierra la
eficiencia del proceso.
En el cuadro nacional de la antesala de la zafra, las provincias
más avanzadas son Camagüey, Holguín, Villa Clara, Sancti Spíritus,
Granma y Santiago de Cuba. Ciego de Ávila anda algo distante del
grupo delantero y Artemisa depende de lo que haga a partir de ahora
el 30 de Noviembre, el de más peso en el territorio.
Guantánamo cifra sus esperanzas en su único central y Matanzas y
Mayabeque, en sus ingenios mayores: el Mario Muñoz y el Héctor
Molina, respectivamente.
En una zafra donde el corte de la caña rebasa el 90 %, el
des-pegue azucarero que la economía demanda exige entregarles a los
basculadores materia prima de óptima calidad, limpia y fresca, y que
las pérdidas en el trasiego sean mínimas.