Desde el pasado mes se pueden ver sus arlequines azules junto a
totíes cubanos y a algunos de sus personajes cubistas entre las
paredes de solares habaneros o sentados en el malecón. De eso habla
Picassum Tremens, muestra colectiva que se exhibe en la
Galería de la Casa Víctor Hugo y donde concurren una decena de
piezas con las firmas de Eduardo Abela, Alicia de la Campa, Sinecio
Cuétara, Arístides Hernández (Ares), Pedro Pablo Oliva, Ángel Rivero
(Andy), Hilda María Enríquez y Reinerio Tamayo.
Sergio Fontanella es uno de los curadores de la muestra, y
explicó a Granma cómo al conmemorar este 2013 los 40 años de
la pérdida física de Picasso se imponía un justo destaque de su vida
y obra. Por tal motivo, llegó este proyecto como parte de la
programación cultural auspiciada por la Oficina del Historiador de
la Ciudad. No obstante, acotó, constituye una idea susceptible de
crecimiento y fácilmente adaptable, en cuanto a nómina de artistas y
cantidad de piezas, así como para otros espacios y momentos, pues se
diseñó con clara proyección de futuro.
Picassum Tremens es una provocación para que un grupo de
artistas recree su visión personal de Picasso. El resultado
definitivamente se concreta y se logra siempre desde la reverencia.
Des-taque especial al proceso curatorial en la selección de piezas
donde la cita escondida o declarada al autor de Las señoritas de
Aviñón se vuelve recurrente.
Lo cierto es que la vía azul de Hilda María, el almendronesco
Guernica de Tamayo o el personaje de circo de Alicia de la Campa
llegan a La Habana a través de la apropiación que artistas del patio
hacen de este "paradigma del artista moderno", y lo hacen desde la
referencia a códigos inmortalizados des-de las poéticas
expresionistas y abstractas de un Picasso tangible aún en la Cuba
del siglo XXI.