El
ministro de Defensa, Agustín Rossi, explicó en una sorpresiva
conferencia de prensa que las actas fueron encontradas en el
subsuelo del edificio Cóndor, sede de la Fuerza Aérea.
El ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi,
muestra el 4 de noviembre de 2013 en Buenos Aires uno de los 280
documentos secretos de la última dictadura (1976-1983) encontrados
en el país.
Señaló que el jefe del Estado Mayor General de esta
fuerza, Mario Miguel Callejo, descubrió los documentos y los entregó
de inmediato, a sabiendas de la importancia histórica, y quizá
jurídica, que entrañan.
Fotografía de algunos de los 280 archivos originales
y secretos de la última dictadura argentina (1976- 1983) encontrados
el 4 de noviembre de 2013 en Buenos Aires.
"Es la primera vez que tenemos acceso a
documentación que ocupa todo el periodo (de la dictadura), con la
ventaja que está ordenada cronológicamente y con un índice
temático", destacó Rossi.
Precisó que las carpetas guardaban 280 actas
originales que demuestran el sustento doctrinario e ideológico de la
junta militar que tomó el poder el 24 de marzo de 1976.
Entre los papeles, dijo, sobresalen "listas negras"
de personalidades como el escritor Julio Cortázar, el compositor de
tangos Osvaldo Pugliese, la cantante Mercedes Sosa y actores como
Norma Aleandro y Federico Luppi.
Los personajes incluidos eran fichados con
diferentes grados de peligrosidad.
Agregó que otro documento describe un "Plan de
Acción", escrito por el jefe de Planificación, general Ramón Genaro
Díaz Bessone, que divide en dos periodos los planes de los
represores.
La primera etapa, explicó, fue definida como
"fundacional" y llegaba hasta la década de 1990, mientras que la
segunda se llamaría "nueva república" y gobernaría hasta el año
2000.
Rossi reveló que parte de los documentos detallan la
manera en la que el gobierno militar se apropió de la empresa Papel
Prensa, que surte de su principal insumo a los periódicos, y la
entregó a los diarios Clarín y La Nación, caso que se dirime en la
justicia argentina.
En otra sección, los archivos describen las
explicaciones públicas que los represores debían dar en torno a los
desaparecidos, que sumaban miles.