Es cierto que se trata solo de un evento de pretemporada, tal vez
no el termómetro ideal para medir el nivel real de cada novena rumbo
a un torneo exigente y con menos margen de error, pero en el caso de
los cienfuegueros nos queda bien claro desde ahora que sin importar
cuán cambiada luzca su nómina, afrontan el difícil reto de
mantenerse en el podio con mucha ilusión.
Esta vez los sureños se desquitaron 8-4 frente a Artemisa, que
los superó en la etapa clasificatoria de la presente versión y
también los había privado hace un año de ser la primera novena
ganadora de tres citas consecutivas, al desbancarlos en la discusión
del cetro 5-2 con buen trabajo monticular de José Luis Padrón.
Pero ahora la historia se invirtió y fue el derecho Jorge
Hernández quien se vistió de largo con su labor desde la lomita e
impidió a los Cazadores convertirse en apenas el tercer conjunto con
dos Copas al hilo, tras la escuadra del Blas Roca (2006 y 2007) y
los propios Elefantes (2010 y 2011).
El lanzador de Rodas limitó a siete inatrapables el gasto
ofensivo de la tropa comandada por el manager debutante Dany
Valdespino, que solo suspiró un tanto por el cuadrangular del
camarero Dayán García. El resto fue todo angustia para los
artemiseños, con pésima defensa (tres errores) y sin el habitual
liderazgo de sus serpentineros.
También crédito para los pupilos de Iday Abréu, que bombardearon
al veloz internacional Miguel Lahera, sobre todo el antesalista
Pavel Quesada, quien se dio gusto con par de vuelacercas, al igual
que Diosvel Arias, que despachó una bola más allá de los límites.
El partido por el tercer lugar entre Santiago de Cuba e
Industriales no se efectuó a causa de la lluvia y los organizadores
decidieron otorgar dos metales bronceados, en el caso de los Azules
su tercero en línea.