Aunque el pasado año mostró algunos incumplimientos relacionados
con el rendimiento industrial, y la pérdida de cachaza, bagazo y
miel final, se anunció por el grupo AZCUBA que la presente contienda
azucarera en el país comenzaría allí, teniendo en cuenta el
crecimiento cañero de un 20 % alcanzado durante cinco procesos
consecutivos.
Los hombres que año tras año despiden la herrumbre de las
máquinas en el proceso de mantenimiento y reparación, se encuentran
trabajando para estar listos el próximo 5 de noviembre, en el
ejercicio de prueba donde se constatará que todo esté listo para
evitar las deficiencias presentadas en el periodo anterior en
materia tecnológica.
Una carrera contra el tiempo emprenden los trabajadores para
asegurar el comienzo en la fecha prevista, aunque puede comprobarse
que todavía queda mucha labor por realizar.
Sobre la tardanza en el comienzo de las reparaciones Roberto
Delgado Valdés, director de la UEB, indica que la primera afectación
que presentaron fue "la no certificación en tiempo de la alineación
del tren de engrane por parte de la Empresa de Ingeniería y Proyecto
(IPROYAZ), la entrada tardía de tarugos de bronce para la reparación
de bombas y la falta de cuchillas para el rallado de las masas".
Sin embargo, el joven director de solo 34 años confirmó que ya
están todos los recursos; y solo falta trabajar con organización y
disciplina para la arrancada que por segunda vez este central tiene
la oportunidad de protagonizar. La primera ocasión fue en la década
de los setenta, y se comenzó el primero de noviembre.
Sin dejar de rellenar los pistones de los molinos, el obrero Raúl
Hernández comenta: "La preparación la veo apretada. A mí me falta
completar nueve pistones y llevo dos días solo en este". Mientras,
Alberto Pérez Álvarez, quien lleva diez años de experiencia en ese
lugar y es jefe de maquinaria, reitera que falta trabajo por hacer
en las calderas y los molinos.
Para revertir esta situación se conoció que se cambian tres
pantallas en las calderas (dos laterales y la frontal); se ha
trabajado en la reparación de tuberías de vacío y en ajustes en el
área de centrífugas. Además, se garantizó la fundición de seis masas
por parte de la Empresa de Servicios Técnicos (ZETI), así como un
economizador; y en las diferentes áreas se formaron equipos de
trabajo para el chequeo y la supervisión por parte del grupo técnico
provincial, con vistas a garantizar la calidad de las reparaciones.
Las insuficiencias del pasado año se reflejaron en el tiempo
perdido, elemento que intervino en todo el proceso, y por ello se
tomaron medidas en diferentes áreas del ingenio.
Julio de los Ríos Hernández, jefe de fabricación, informa que se
cambiarán aproximadamente 250 metros de tuberías para impedir las
pérdidas. "Trabajamos en la succión de las bombas para lograr
detener las partículas ferromagnéticas y de bagazillo, y que no sean
bombeadas. Aunque no hemos terminado el otro disolutor, se están
creando las condiciones para recuperar el azúcar que cae al piso y
enviarla al proceso nuevamente a partir de sus características".
El incumplimiento en la gestión de energía fue otra limitación en
la anterior contienda, causado por problemas en el área de
generación de vapor. En ese sentido, se preparan más de 8 000
tabletas de amianto, la insolación de las tuberías, y queda
pendiente el montaje de un in-terruptor de 4 000 amperes.
Para esta etapa cuentan con dos brigadas de corte manual en las
CPA 17 de Mayo y Románico Cordero, que deben tributar al central 2
000 toneladas diarias para garantizar la materia prima. En tanto,
comenzarán con 16 KTP 2M, dispuestas en cinco pelotones, de los
cuales tres ya están listos. La aspiración, comenta Luis Alberto
Ramos, coordinador de la zafra, es trabajar por encima del 75 % del
tiro directo de caña al central.
Varios trabajadores refirieron como elemento positivo la calidad
de la materia prima en comparación con otros años, por el volumen de
la caña, y porque no ha faltado el combustible ni el herbicida para
tenerla limpia.
Un elemento indispensable para aumentar la productividad de la
"obra" azucarera, es la atención al personal que trabaja
directamente en la producción durante extensas jornadas. En ese
sentido, Alberto Ramos expresó que las unidades productoras tienen
garantizado el arroz, frijol, vianda, hortaliza y la carne para la
alimentación de los trabajadores.
Según Delgado Valdés se han mejorado las condiciones del comedor,
con el montaje de bebedores y neveras de agua fría, y están
garantizados al 100 % los me-dios de protección. Dijo que las tareas
de capacitación están al 80 % de su cumplimiento, incluyendo las
medidas de higiene del trabajador y adelantó mejorías en el sistema
de pago.
El objetivo de los trabajadores del central Coman-dan-te Manuel "Piti"
Fajardo, que produce azúcar crudo en su totalidad para las
provincias de Mayabeque, Arte-misa y La Habana, es superar las 16
mil 704 toneladas de la pasada zafra.
Hace algunos años, este central estuvo a punto de cerrar, pero ha
ido mejorando paulatinamente: "Se están dando pasos para un aumento
de capacidad en un tiempo no muy lejano —comenta su director—; y
tenemos previsto montar el primer nivel de automatización".
Pocos días faltan para que cobre vida nuevamente los alrededores
del central azucarero, y que la sirena vuelva a marcar el ritmo de
la producción. Pero se requiere aún de un fuerte trabajo con el
propósito de evitar roturas e interrupciones operativas que tanto
afectan el proceso fabril, y al cumplimiento de lo planificado.