Incluso cuando se ingiere conjuntamente con antinflamatorios no
esteroideos —como es el caso de la aspirina—, el alcohol puede
aumentar el riesgo de lesiones de la mucosa gástrica, además de
prolongar el tiempo de hemorragias, matiza la especialista.
Conocido también como etanol, el alcohol etílico tiene capacidad
de actuar sobre el sistema nervioso y alterar las funciones
psíquicas. A dosis moderadas, señala, calma la ansiedad, y luego de
ingerir pequeñas cantidades se registra una relajación y
desinhibición del individuo que incrementa sus facultades para
relacionarse.
"Pero si se mantiene la ingesta de alcohol se produce una pérdida
gradual del control, con progresiva disminución de la conciencia, e
incluso puede llegar a producirse la muerte por depresión
respiratoria".
Estos efectos señalados no son más que la muestra de la creciente
y profunda depresión del sistema nervioso central que es capaz de
provocar el consumo de alcohol, subraya la especialista.
Como ejemplo de las peligrosas interacciones que origina su
mezcla con los medicamentos, la doctora Alfonso Orta refiere que en
pacientes que mantienen un consumo crónico se incrementa el riesgo
de sufrir daño hepático con dosis moderadas de paracetamol.
Por otra parte, se ha observado que ciertos fármacos inhiben el
metabolismo del alcohol, lo que posibilita el aumento de esta
sustancia de manera desproporcionada en sangre, al desencadenar una
serie de manifestaciones clínicas desagradables en el paciente. Y
cita, entre ellas, náuseas, vómitos, sudoración, enrojecimiento de
la cara, hipotensión, palpitaciones, taquicardia, cefalea y dolor
abdominal a los pocos minutos de la ingestión alcohólica. Este
trastorno se conoce como efecto "antabuse".
Entre los medicamentos que lo originan están el disulfiram,
algunos antibióticos del tipo cefalosporinas (cefamandol,
cefoperazona, cefotetán), la clorpropamida, el ketoconazol y el
metronidazol.
Atendiendo a lo consignado, los pacientes deberían abstenerse de
tomar alcohol mientras estén utilizando estos medicamentos, incluso
hasta 72 horas después de terminar el tratamiento, y una semana en
pacientes con insuficiencia renal. (Ver recuadro)
La medicina actual alcanza niveles muy avanzados, tanto en el
diagnóstico como en la terapéutica. Sin embargo, tan importante como
desarrollar fármacos cada vez más seguros y eficaces, es su correcta
utilización. Por ello, indica nuestra entrevistada, es recomendable
siempre consultar al médico para obtener una información clara sobre
el uso y los riesgos de ingerir medicamentos y alcohol de manera
simultánea.
Síntomas /
Enfermedades |
Medicamentos
(nombre genérico) |
Reacciones posibles mezclados con alcohol |
|
Diabetes mellitus |
Insulina, Metformina, Glibenclamida,
Glimepirida |
Se potencia la hipoglucemia. |
|
Infección micótica |
Ketoconazol |
Efecto antabuse (ver entrevista) y
riesgo de hepatotoxicidad |
|
Hipertensión arterial |
Nifedipina |
Riesgo de efectos adversos como taquicardia |
|
Arritmias cardíacas |
Verapamilo |
Aumentan los niveles del alcohol en sangre |
|
Epilepsia |
Fenitoína,Fenobarbital, Carmabazepina |
Se potencian los efectos depresores sobre el
Sistema Nervioso Central (SNC) |
|
Dolor |
Tramadol, Morfina |
Riesgo de depresión respiratoria del SNC |
|
Artritis |
Ibuprofeno, Piroxicam, Naproxeno |
Riesgo de lesiones de la mucosa gástrica
además de prolongar el tiempo de hemorragias. |
|
Úlcera péptica |
Cimetidina, Ranitidina |
Aumentan los niveles en sangre del alcohol y
por tanto sus efectos ulcerogénicos (produce úlceras). |
|
Depresión |
Amitriptilina, Imipramina, Sertralina |
Se potencian los efectos depresores sobre SNC |
|
Ansiedad |
Diazepam, Alprazolam,
Medazepam, Clorodiazepóxido. |
Se potencian los efectos depresores sobre el
SNC |