Durante
118 años el gigante farmacéutico alemán Bayer hizo negocios con
Cuba, hasta que una de sus divisiones regionales tomó la decisión de
cambiar el domicilio legal para la ciudad de New Jersey, Estados
Unidos. La empresa MEDICUBA, que se dedica a importar insumos para
el sector, se vio entonces obligada a cancelar los contratos para
adquirir medios de contraste de exámenes radiológicos (Ultravist) y
medicamentos para el tratamiento de pacientes con esclerosis
múltiple (Interferon beta 1-b).
Por esta razón, se produjo un desabastecimiento en el primer
cuatrimestre del año 2013, con la consiguiente afectación a los
pacientes.
Este caso demuestra la extraterritorialidad del bloqueo, que
impide a las empresas de cualquier nación comerciar con empresas de
origen cubano si tienen filiación o intereses de algún tipo con
compañías norteamericanas, con independencia de las relaciones del
país sede de la empresa con Cuba, de las leyes que rijan allí o de
las normas del Derecho Internacional, aseguró este jueves en
conferencia de prensa Luis Díaz Barroso, quien hasta el 1ro. de
septiembre del presente año prestó servicios en la sucursal Bayer
Handelsgesellschaft mbH en La Habana.
Las afectaciones en las compras de medicamentos esenciales para
la salud del pueblo cubano constituyen solo una parte de las
múltiples ramificaciones del bloqueo en el comercio exterior, que
entre abril del 2012 e igual fecha del 2013 registró pérdidas por
esta causa cercanas a los cuatro mil millones de dólares.
El director de Política Comercial para América del Norte del
Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX),
Pedro Luis Padrón, precisó en un encuentro con periodistas en La
Habana que la cifra es superior en un 10 % a la del periodo
anterior.
"Los principales daños se registran en los ingresos dejados de
percibir por exportaciones de bienes y servicios, que representan el
78 % de todas las afectaciones", agregó.
De poder ubicar sus productos de reconocida calidad internacional
en Estados Unidos, la empresa TABACUBA hubiera ingresado más de 121
millones de dólares adicionales. De la misma manera, la empresa
Mixta Havana Club Internacional perdió alrededor de 73 millones por
el veto que existe sobre los rones hechos con la famosa caña cubana.
Estas dos empresas enfrentan además el robo de sus marcas en
Estados Unidos, en violación a la legislación internacional, sumado
al engaño al consumidor de vender un producto con el sello de Cuba
sin ser elaborado en el país.
En el estratégico sector de los alimentos —cuyos precios aumentan
cada día más producto del cambio climático, el crecimiento
demográfico y la especulación, entre otros factores—, la empresa
cubana ALIMPORT perdió 45 millones por no poder acceder a la banca
norteamericana, como haría cualquier otro comprador, y otros 20
millones por tener que pagar en monedas distintas al dólar.
El dinero que podría emplearse en comprar mayores volúmenes de
alimentos para la población —explicó—, debe emplearse en pagar
fletes un 24 % más caro, con el agravante de que los barcos que
tocan puerto cubano deben regresar vacíos a los Estados Unidos.
El bloqueo afecta no solo la compra-venta, sino todo el proceso
económico. Padrón detalló cómo se han incrementado en un 76 % la
obtención de financiamientos en el extranjero por la percepción de
riesgo del país, resultado de las presiones ejercidas por las
autoridades norteamericanas.
La inversión extranjera se ve igualmente golpeada por el cerco
norteamericano. El funcionario del MINCEX citó el caso de la
industria petrolera, donde se encarecen los contratos con las
compañías dueñas de plataformas perforadoras, pues las tecnologías
que utilicen no pueden tener más de un 10 % de componentes
norteamericanos.
Asimismo —añadió— continúan siendo significativos los daños
ocasionados a los sectores del turismo, energía, minería, agrícola e
industrial.