Susana Lee

Vamos a desarrollar el XX Congreso de la CTC en un contexto de perfeccionamiento del modelo económico del país, que ya tiene una plataforma política y económico-social, que son los Lineamientos, y a partir de lo cual, validando el método de la discusión amplia, se decidió elaborar un Documento Base que enfocara, desde la óptica del aporte y cuestionamiento de los colectivos laborales, cómo quieren que sea su sindicato.

El proceso de consulta del Anteproyecto de Código de Trabajo, logró una amplia, democrática y profunda participación.

Así explicó Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Comité Central y presidente de la Comisión Organizadora del XX Congreso de la CTC, la esencia del material que se discutirá entre el próximo viernes 25 y el 10 de diciembre en todas las organizaciones sindicales, como colofón de la fase final preparatoria de la magna cita de los trabajadores cubanos.

Son cuatro capítulos que encaran cuestiones que hemos reconocido como debilidades e insuficiencias y limitan el liderazgo, la capacidad movilizativa y de organización que tienen nuestros sindicatos, dijo. En él se identifican las vías y métodos que dispone el movimiento sindical para ejercer su papel, y deja abiertas interrogantes para que sean los trabajadores quienes expresen lo que debemos transformar sobre la manera en que el sindicato tiene que actuar, a partir del concepto de que el escenario principal del movimiento sindical es el colectivo de trabajadores, y es ahí donde tiene que asegurar el éxito en su ejercicio para representarlos en sus preocupaciones y demandas.

Guilarte refirió que hoy se ve limitada la calidad de esa representación por lo que es imprescindible la elevación de su influencia, la autoridad moral del sindicato, y por otra parte, también deben proponerse alternativas en las vías de movilización de los colectivos hacia la implementación y el cumplimiento de los Lineamientos, buscando multiplicar ese ejercicio de participación, como dueños, en los procesos decisorios de los objetos sociales de las diferentes entidades.

Por eso el Documento Base, fundamentó, plantea actualizarnos en tareas en las cuales tradicionalmente se desarrollaba la vida del sindicato, como es la emulación socialista, que sin desconocer su validez, debemos entronizar otra manera de conducirla, y el papel de la asamblea de afiliados. No puede haber lugar más importante para discutir abiertamente los asuntos que limitan la eficiencia productiva y las preocupaciones y demandas de los trabajadores, que no sea en su asamblea.

Hay que potenciar su calidad, afirmó, no en términos estadísticos, sino de valoraciones, para promover y sacar a flote las extraordinarias reservas que en términos productivos y de eficiencia todavía hay en los colectivos, para elevar el enfrentamiento a las indisciplinas y las ilegalidades, para discutir los sistemas de pago, las condiciones de vida, la seguridad y salud de los trabajadores, para rescatar la normación y la organización del trabajo.

Ulises Guilarte de Nacimiento informó que a partir del próximo 12 de noviembre la nueva versión del Anteproyecto se someterá a la consulta de los diputados por sus territorios.

El texto tiene una estructura conceptual, para fijar cómo queremos que sean nuestras organizaciones sindicales, cómo elevar su autoridad, influencia y reconocimiento. Un sindicato existe si tiene reconocimiento de sus afiliados, si no lo tiene, no es un sindicato, y esa es la batalla del Documento Base.

Concluido el proceso de consulta del Anteproyecto de Código de Trabajo en todos los colectivos (faltan apenas por computar los elementos de unas decenas de asambleas), tenemos la valoración de que se cumplieron todos los objetivos que nos habíamos planteado, afirmó el Presidente de la Comisión Organizadora.

Sustentó lo anterior en que se logró una amplia, democrática y profunda participación de los trabajadores (hasta el lunes último, más de 2 millones, 733 mil trabajadores asistieron, un 91%), reflejo de la madurez política que tiene la clase obrera en función de sus aportes para enriquecer la legislación y en respaldo a su modificación; se expusieron hasta esa fecha 171 mil 650 planteamientos, de ellos el 25 % calificaron como adiciones, el 20 %, modificaciones, 27 %, preocupaciones y 11 %, supresiones; e identificó la necesidad de continuar elevando la preparación de esa gran masa de dirigentes jóvenes, en aras de ir a un escenario de diálogo, de argumentación, con un universo de afiliados que tiene mayor nivel cultural y técnico, pero también es más polémico y exigente.

Guilarte informó que la mayor cantidad de pronunciamientos estuvieron dirigidos al contrato de trabajo (el de más opiniones), régimen de trabajo y descanso, los salarios y la solución de los conflictos laborales, lo cual es proporcional a las transformaciones del mercado laboral, pues se refieren a asuntos como la flexibilización de los objetos sociales, el fortalecimiento de la autonomía del sistema empresarial, la aparición de nuevas formas de gestión y el reordenamiento laboral, entre otros.

Y aunque son cifras muy pequeñas, vale consignar que hubo 157 trabajadores que no aprobaron el Anteproyecto, 173 se abstuvieron y seis secciones sindicales del sector no estatal, de un total de 1 041, que decidieron no discutirlo.

Añadió que además de los criterios recogidos en las asambleas, se han recibido cientos de opiniones, enviadas directamente a la CTC y a través de la prensa, precisando que todas van a ser tenidas en cuenta en la evaluación minuciosa que se realiza para compilar cada planteamiento, no importa si son uno o dos.

Es decir, aseveró, que la tarea planteada para dar cumplimiento al acuerdo de la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre pasado, de someter la propuesta legislativa a consulta, se cumplió de manera satisfactoria.