OSLO
- El premio Nobel de la Paz fue otorgado el viernes a la
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), en el
centro de la actualidad por su misión de desmantelamiento del
arsenal químico de Siria.
El galardón recompensa a la OPAQ, un organismo
respaldado por la ONU, por su "esfuerzos para eliminar las armas
químicas", indicó el presidente del Comité Nobel, Thorbjoern Jagland.
Los recientes acontecimientos en Siria, donde la
OPAQ procede en medio de una guerra civil al desmantelamiento del
arsenal químico del régimen de Bashar al Asad, "han puesto de
relieve la necesidad de aumentar los esfuerzos para desembarazarse
de ese tipo de armas", apuntó el jurado en un comunicado.
La OPAQ, con sede en La Haya, vela por el
cumplimiento de la Convención de Armas Químicas (CAQ), un tratado
multilateral firmado en 1993 y vigente desde 1997. Ese tratado
prohíbe el desarrollo, la producción, el almacenamiento y el uso de
las armas químicas y prevé su destrucción total.
La organización cuenta con 189 países miembros, que
representan el 98% de la población mundial. Cuatro países -Corea del
Norte, Angola, Egipto, Sudán del Sur- no han firmado ni ratificado
la Convención. Israel y Birmania la firmaron en 1993 pero no la han
ratificado.
En Siria, la Convención entrará en vigor
oficialmente el próximo lunes.
Los expertos de la OPAQ dejaron su hotel de Damasco
el viernes para su primera salida después de que esta institución
recibiera el premio Nobel de la Paz.
Los inspectores, acompañados de colegas de la ONU,
embarcaron a bordo de seis vehículos hacia un lugar desconocido. Su
labor se realiza en total discreción desde su llegada al país el 1
de octubre.
Por su parte la ONU indicó este viernes que tanto la
ONU como la OPAQ duplicaron el número de los expertos que trabajan
para eliminar el arsenal de armas químicas en Siria.
El equipo se incrementó este semana de 30 miembros,
entre expertos de la OPAQ y personal de apoyo de la ONU, a 60,
indicó el comunicado de la ONU. Los expertos "han hecho avances en
la verificación de la información suministrada" por el gobierno
sirio, indicó. "Una vez cumplidos los primeros diez días de
operaciones en el terreno, los equipos de verificación han
inspeccionado tres sitios y hay planes para visitar sitios
adicionales", apuntó el texto.
El director general de la OPAQ, Ahmet Uzumcu,
expresó su esperanza de que el Premio ayude a convencer a los países
que aún no lo hicieron de adherirse a la CAQ o de ratificarla.
"Sé que el premio Nobel de la Paz nos ayudará en los
próximos meses a promover la universalidad de la Convención", dijo
Uzumcu a la televisión noruega NRK.
Entre 1997 y 2013, la OPAQ llevó a cabo 5.167
inspecciones en territorio de 86 países. Un 81% de los agentes
químicos del mundo han sido destruidos, así como más del 57% de las
municiones y contenedores químicos mencionados en la CAQ.
Los expertos de la OPAQ en Siria actúan en
cumplimiento de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU,
que le ordena supervisar el desmantelamiento del arsenal químico de
Asad antes del 30 de junio de 2014. Esa resolución fue adoptada tras
un ataque químico en un suburbio de Damasco controlado por los
rebeldes, el 21 de agosto pasado, que dejó centenares de muertos.
La ONU asegura haber hallado "pruebas claras y
convincentes" del empleo de gas sarín en ese ataque. La oposición
siria y los países occidentales imputan esa masacre al régimen, que
negó cualquier implicación en ese hecho y lo atribuye a una
provocación de los insurgentes.
La propuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, de
poner el arsenal químico sirio bajo control internacional para su
desmantelamiento permitió evitar los ataques de castigo que
planeaban Estados Unidos y Francia y dio a conocer a la OPAQ, una
entidad que opera tradicionalmente en un marco de discreción.
Los galardonados por el Nobel reciben una medalla de
oro, un diploma y una recompensa financiera de ocho millones de
coronas suecas (1,2 millones de dólares, 910.000 euros).
El año pasado, fue otorgado a la Unión Europea (UE).
Por otro lado, los talibanes paquistaníes están
"encantados" de que Malala Yousafzai, quien sobrevivió a un atentado
de los talibanes por su campaña para la escolarización de las niñas,
no haya recibido el premio Nobel de la Paz, afirmó el viernes un
portavoz.
Desde entonces, esta joven de 16 años se ha
convertido en una embajadora mundial por los derechos de los niños.
El martes ganó el prestigioso premio Sajarov a los
derechos humanos otorgado por el Parlamento Europeo.