Ciclismo de pista, en definitiva, ciclismo del bueno; porque hubo
emoción en cada competencia y entre varios pedalistas consagrados
asomaron también jóvenes promesas...
Justo así, se pudo ver el retorno en plenitud de ganas de la
multicampeona Yumari González, la potencia todoterreno de Arlenis
Sierra, el tesón inclaudicable de Marlies Mejías o la calidad
indiscutible de Yudelmis Domínguez, la venezolana Jennifer César y
la mexicana Sofía Arreola, esta última doble subcampeona del mundo,
quienes aportaron brillo a la lid.
Y por encima de todos, imperial, Lisandra Guerra, cuya celeridad
cimbreante sobre los pedales la convirtió en la auténtica reina de
la justa, con cuatro títulos en igual número de pruebas: los 500
metros contrarreloj, el keirin y velocidad individual y por equipos,
en el caso de esta última junto a Laura Arias.
De ahí que la selección cubana terminó dominando sin problemas el
medallero con siete preseas de oro, dos de plata y seis de bronce,
mientras Venezuela (3-5-2), México (2-7-4), Trinidad y Tobago
(2-1-0), Guatemala (1-0-2) y Ecuador (0-0-1) la escoltaron en ese
orden.
Aunque lo más notable, sin duda, como reconocieron ellos mismos,
haya sido la oportunidad que significó para los pedalistas del patio
de mostrarse ante su público en un evento de nivel internacional y
obtener fogueo, rumbo a las Copas del Mundo, el venidero Campeonato
del orbe y los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz
2014, para los cuales esta Copa supuso, al fin y al cabo, la línea
de arrancada.