Paraguay cierra un círculo y abre interrogantes

Laura Bécquer Paseiro

Paraguay inició un nuevo capítulo en su historia tras los 14 meses de aislamiento regional que siguieron al golpe de Estado parlamentario contra el presidente constitucional Fernando Lugo. Con la llegada al poder de uno de los hombres más ricos y poderosos del país, el empresario Horacio Cartes, la nación se enfrenta al reto de reincorporarse al esquema integracionista latinoamericano.

Foto: Planalto De izquierda a derecha: los presidentes Horacio Cartes (Paraguay), Dilma Rousseff (Brasil), y Nicolás Maduro (Venezuela), en uno de los encuentros de la VII Cumbre de UNASUR en Suriname.

La cuestión radica ahora en cómo conducirá el nuevo inquilino del Palacio de López (sede del Ejecutivo) los hilos de la nación más pobre de América del Sur, en los planos interno y externo.

Como es conocido, Asunción vivió un quiebre democrático en junio del 2012 como consecuencia de la maraña política orquestada en el Congreso para sacar de la presidencia a Lugo. El golpe de Estado parlamentario, que engrosó la lista de hechos de este tipo en la región (tres años antes había sucedido en Honduras), derivó en la suspensión del país mediterráneo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). La veda sería levantada hasta tanto no se realizaran elecciones democráticas en el país. Así pues, el golpista liberal Federico Franco traspasó el poder al ganador de las elecciones de abril pasado, el representante del Partido Colorado, Horacio Cartes. Una vez celebrados los comicios, Paraguay cerró un capítulo de aislamiento regional.

En el plano interno, varios analistas estiman que lo sucedido entre liberales y colorados fue un "pacto de gobernabilidad", que les permitió a los segundos retomar el poder tras el gobierno de Lugo que interrumpió un periodo de mandato de 61 años, incluyendo la dictadura de Alfredo Stroessner.

El periodista uruguayo radicado en Paraguay, Adrián Cattivelli, indica que si bien es probable que dicho pacto no dure todo el periodo de gobierno, mientras lo haga "permitirá a Cartes tomar todas las medidas que requiera inicialmente de carácter económico, político, tributario para apuntalar su gobierno".

A su vez, el reportero paraguayo Marcos Cáceres Amarilla comenta a Granma que una de las grandes incógnitas de Cartes es su futura relación con el Partido Colorado, "un partido de derecha, acostumbrado a las prebendas, el clientelismo político y la corrupción", dado que no es de su base tradicional.

"Cartes tendrá un plazo de cien días aproximadamente para imponer sus políticas, pero luego comenzará a ser blanco de presiones de su partido; otro problema es que no tiene experiencia política y no se sabe cómo reaccionará ante algunas coyunturas adversas", agrega Cáceres.

Estas proyecciones tienen en cuenta, además, el hecho de que Cartes es más un hombre de negocios que político. No solo dirige la Asociación Paraguaya de Fútbol, en el ámbito de la selección nacional, sino también un enorme grupo con empresas en áreas como la tabaquería, bebida, comida e, incluso, centros médicos. La incursión en la política de este hombre de 56 años es de hace apenas cuatro años, cuando se afilió al Partido Colorado en el 2009.

En el plano externo surge otra interrogante: ¿cuál será el papel de la nación guaraní a nivel regional teniendo en cuenta las diferencias ideológicas con los presidentes de países vecinos?

El hecho de que Cartes asistiera a la VII Cumbre de UNASUR celebrada la semana pasada en Suriname, y que celebrara encuentros bilaterales con los presidentes de Brasil (Dilma Rousseff) y de Venezuela (Nicolás Maduro), muestran a un hombre que tiene en cuenta la importancia de mantener relaciones cordiales con sus vecinos y cuyo objetivo, al menos por el momento, es reincorporarse al esquema integracionista. Sobre este asunto, Cattivelli señala que el acaudalado empresario prefiere "privilegiar las relaciones bilaterales antes que impulsar el diálogo con el bloque en general".

No obstante, es un regreso a medias ya que todavía está pendiente su reincorporación plena al MERCOSUR. El propio canciller paraguayo, Eladio Loizaga, indicó en días recientes que la participación de su país es "limitada" ya que queda en manos del Congreso aprobar o no el reingreso.

En este escenario encontrará a Venezuela, incorporada por todos los países miembros excepto Paraguay, que entonces estaba suspendido. Loizaga remarcó que se "han limado las asperezas" y ello se ha traducido en avances importantes en las relaciones entre Asunción y Caracas. En ese sentido, puso como ejemplo el encuentro entre Cartes y Maduro en el contexto de la Cumbre de UNASUR.

El propio Presidente venezolano manifestó su deseo de normalizar los vínculos y manifestó su decisión de "pasar página".

 

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