BRASILIA.— La
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quiere incluir en la
legislación brasileña algún tipo de mecanismo que permita suspender
las operaciones de las empresas que cooperen con los esquemas y
servicios de espionaje internacional.
Estas medidas fueron debatidas a principios de semana por
Rousseff y los ministros que de alguna manera se vieron afectados
por las escuchas llevadas a cabo por el servicio de Inteligencia de
Estados Unidos.
"Todas aquellas entidades que colaboren con ese tipo de servicios
tendrán canceladas las licencias para operar en Brasil", sentenció
el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, según el portal
Estadao. Así, Bernardo apuntó que podría tratarse de "un banco o una
empresa telefónica".
Por su parte, Rousseff le encomendó fortalecer la red interna de
comunicaciones del Gobierno, pues todavía muchos de sus trabajadores
utilizan servicios vulnerables de ser cómplices del espionaje
internacional, informa Europa Press.