Más de 30 millones de electores estuvieron habilitados en estas
elecciones para determinar los partidos que participarán en las de
octubre y sus candidatos. Esta fue también la segunda ocasión en la
historia electoral de Argentina en que se realizaron las PASO, ya
que la primera experiencia fue en el 2011, cuando la presidenta
arrasó y logró la reelección.
El FPV, que cuenta con 112 bancas en la Cámara Baja y 34 en la
Alta, aumentaría a 114 y 36, respectivamente, según datos oficiales.
Obtener la mayoría en ambas Cámaras del Parlamento es sumamente
importante para continuar avanzando en el proceso iniciado en el
2003 por Néstor Kirchner y continuado por su esposa, Cristina
Fernández.
Entre las novedades estuvo el estreno de 592 mil 344 jóvenes de
16 y 17 años (el 2 % del padrón electoral), luego de que el 31 de
octubre del 2012 la Cámara de Diputados sancionara la Ley 26774 de
Ciudadanía Argentina, que los habilita a votar. Otra particularidad
fue que en esta ocasión no se sellaron los DNI como constancia de
emisión de voto, ya que fueron reemplazados por un cuño impreso con
los datos del elector y un código de barras único e intransferible.
Para la propia Mandataria, "esto reafirma la democracia en la que
vivimos los argentinos hace 30 años".
En el artículo Lo que está detrás de las elecciones en
Argentina, Guillermo Almeyra sostiene que las primarias del
domingo "fueron un test sobre la popularidad de la Presidenta y
sobre su capacidad de arrastre de votos para su partido", y también
una preselección tanto de la oposición como del partido gobernante,
de los posibles precandidatos con vistas a las presidenciales del
2015.
Muchos detractores de la gestión del FPV y sus aliados, entre
ellos grandes grupos mediáticos, destacaron el terreno perdido ante
el llamado "peronismo disidente" simbolizado en el Frente Renovador
(FR) y su representante, Sergio Massa, alcalde de Tigre, y nueva
figura de la oposición.
La cobertura periodística de esos medios, bastante desbalanceada,
estuvo enfocada en la victoria alcanzada por el FR en la provincia
de Buenos Aires con el 35,05 % frente al 29,33 % del candidato del
FPV, Martín Insaurralde, alcalde de Lomas de Zamora.
El periodista argentino Emilio Marín describe a Massa, exjefe de
Gabinete de Ministros de Fernández entre los años 2008 y 2009, como
un personaje que "más que por el centro transita por el carril de la
derecha", y cuya imagen de "político joven, serio, con gestión, que
camina por el centro de una ancha y nacional avenida sin pelearse
con nadie", fue desgastada por "sus definiciones claramente
opositoras".
El emporio mediático, que en países como Argentina es un actor
político más, abordó someramente el poco caso que le hizo el
electorado a la ultraderechista Unión Propuesta Republicana (PRO).
Solo el 3,3 % de los argentinos optó por las propuestas del PRO,
hecho que le valió un sexto lugar dentro del ranking de las fuerzas
políticas en el país. En la Capital Federal el PRO cedió lugar a la
coalición de centroizquierda UNEN —-formada circunstancialmente para
estas primarias—- y obtuvo el 35,38 % de los votos.
Mientras tanto, las fuerzas de izquierda independientes quedaron
bastante fraccionadas. Aunque el Frente de Izquierda y de los
Trabajadores, integrado por el Partido Obrero, el Partido de los
Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista, obtuvo resultados
promisorios, otras formaciones quedaron fuera al no alcanzar el 1,5
% establecido.
Las primarias del domingo delinearon el mapa político argentino
para los próximos dos años con la mira puesta en las presidenciales
del 2015, para la cual el FPV y sus aliados superaron la primera
etapa.