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Colombia: la paz nunca había llegado tan lejos
Sergio Alejandro Gómez
El proceso de paz que se desarrolla en La Habana para poner fin a
más de medio siglo de conflicto armado en Colombia, continúa
mostrando signos esperanzadores a pesar de la fuerte presión que
ejercen en su contra fuerzas de la extrema derecha de ese país.
Tras llegar el pasado fin de semana a un nuevo cierre de ciclo,
las delegaciones de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y del gobierno de Juan Manuel
Santos, anunciaron que comenzaron a "construir acuerdos" sobre la
participación política, segundo punto de los seis establecidos en el
Acuerdo General para la terminación del conflicto.
Esta noticia, que se suma al acuerdo alcanzado en el complejo
tema de la tierra, constituye un nuevo hito en la accidentada
historia de la búsqueda de la paz en ese país; que inició
formalmente en los años 80 durante el gobierno de Belisario Betancur
y continuó después en los de César Gaviria (1990-1994) y Andrés
Pastrana (1998-2002).
"Nunca se había llegado tan lejos", aseguró el sábado pasado el
jefe de la delegación gubernamental, el exvicepresidente Humberto de
la Calle.
Los procesos de paz anteriores no arrojaron pactos concretos en
temas de tanto calibre como la problemática agraria. En cuanto a la
participación política, el mayor referente son los Acuerdos de la
Uribe (nombrados asi por el municipio del mismo nombre donde fueron
rubricados), firmados en 1984 con Betancur, que dieron paso a la
fundación de la Unión Patriótica (UP), un partido político integrado
por guerrilleros desmovilizados. Sin embargo, sus alcances se
diluyeron por el posterior exterminio masivo de sus militantes, en
una escala aún desconocida pero que se contabiliza en miles.
LA PUERTA DE LA POLÍTICA
Desde hace cerca de dos meses los diálogos de La Habana están
centrados en el tema de la participación política.
Según han reiterado las FARC-EP no se trata únicamente de
integrarse a la estructura política tradicional, sino de hacer las
transformaciones necesarias y construir las condiciones para dar ese
paso.
Las FARC-EP ha hecho pública una serie de "propuestas mínimas"
respecto a este punto. Entre los elementos destacados están las
garantías plenas de seguridad para el ejercicio de la oposición
política y social; cambios institucionales; participación en el
Consejo Nacional Electoral; un compromiso efectivo del Estado con la
erradicación y proscripción del paramilitarismo; medidas para la
reparación integral del genocidio contra la UP y otras fuerzas
opositoras, y la democratización de la propiedad sobre los medios de
comunicación.
La delegación gubernamental, por su parte, ha sido enfática en
que no está negociando el Estado y "la esencia del fin del conflicto
no es otra que el rompimiento del vínculo entre política y armas".
"Y las FARC, si hacen el tránsito al movimiento político legal
como esperamos —dijo—, requieren garantías especiales como ha
ocurrido en todos los procesos de diálogo en el mundo".
LOS ENEMIGOS DE LA PAZ
Alcanzar la paz es un anhelo del pueblo colombiano que está
refrendado en la Constitución vigente desde 1991. Sin embargo, no
son pocos ni carecen de fuerza los sectores que se oponen al fin de
un conflicto que mueve miles de millones de dólares.
Durante las últimas semanas Juan Manuel Santos ha señalado al
entorno del exmandatario Álvaro Uribe (2002-2010) como el promotor
de una campaña para deslegitimar los diálogos de paz y enemistarlo
con vecinos como Venezuela, país que es acompañante del proceso.
"Hay quienes parecen preferir más años de conflicto, más años de
dolor y muerte a la posibilidad de la paz", dijo Santos, sin
mencionar nombres, el pasado 7 de agosto durante los actos
conmemorativos de la Batalla de Boyacá.
La estrategia de los sectores de extrema derecha llega justo
cuando el gobierno de Santos se adentra en su último año y busca
limitar sus posibilidades de reelección. El mandatario no ha hecho
aún un anuncio oficial sobre sus intenciones de optar por un segundo
periodo, pero ha dado señales de que le interesa "reelegir sus
políticas".
"No nos hacen mella las estridencias de la oposición. No nos
intimidan con sus salidas en falso. No vamos a abandonar la senda
que el pueblo respalda y el país necesita", dijo Santos. |