La
Cumbre Antimperialista que se celebra en Cochabamba incluirá en su
declaración final un reclamo por el cese del bloqueo estadounidense
contra Cuba y la libertad de los antiterroristas presos en aquel
país, se conoció hoy aquí.
El tema del bloqueo a la isla caribeña estuvo presente en la
mañana en las mesas de trabajo, lo mismo que el de los cuatro
cubanos que permanecen aún en cárceles de Estados Unidos por el solo
hecho de infiltrar grupos terroristas que actuaban contra Cuba desde
el sur de Estados Unidos.
Varios de los oradores abogaron por el cese definitivo del cerco
económico, comercial y financiero que impone Washington a la isla
desde pocos meses después del triunfo revolucionario de 1959, e
insistieron en incluirlo en la resolución final.
Las demandas de los movimientos sociales incluyen, entre otros
temas, la devolución de las Islas Malvinas a Argentina y el derecho
de Bolivia a una salida soberana al océano Pacífico.
También abogaron los delegados por la salida de las bases
militares extranjeras en la región, por el cese de las vejaciones a
extranjeros recluídos en una prisión en la base naval de Estados
Unidos en Guantánamo y la marcha de las tropas norteamericanas del
referido lugar.
El bloqueo a Cuba, oficializado en marzo de 1962, impide no solo
el comercio entre las dos naciones, sino también las relaciones con
empresas de terceros países, lo cual limita las relaciones
económicas de la isla y deja secuelas en su población.
El bloqueo ha sido condenado reiteradamente por la Organización
de Naciones Unidas, con votaciones cada vez más abultadas, pero
Washington hizo caso omiso e insistió en mantener sus posiciones,
pese al nulo apoyo que encontró sobre el tema.
Los Cinco, como se conoce a los antiterroristas presos desde
1998, enfrentan largas condenas por infiltrar a grupos terroristas
que operaban desde Miami contra su país.
Uno de ellos, René González, ya se encuentra en Cuba, en tanto
Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando
González permanecen en Estados Unidos.
Todos fueron condenados luego de un proceso considerado amañado
por juristas y analistas internacionales, quienes alegaron que en
Miami, un lugar muy hostil a Cuba, nunca iban a tener un juicio
justo.