Otra
vez la clarinada de la Santa Ana. Otra vez Bolívar y Martí junto a
la Generación del Centenario. Otra vez la fuerza integradora de
Nuestra América. Otra vez el General de Ejército Raúl Castro Ruz
traspasa los muros del Cuartel Moncada, aunque ahora no necesita
fusiles para defender los sueños.
Seis décadas después de la histórica gesta que reinició la lucha
por la definitiva independencia de nuestro pueblo, Santiago de Cuba
se convirtió otra vez en escenario para el reencuentro, en aliento
infinito para quienes fundan y aman.
Así
quedó tatuado este 26 de Julio en la historia. Así lo reafirmaron
también los representantes de países hermanos que hicieron uso de la
palabra en el acto político-cultural celebrado en la Ciudad Escolar
26 de Julio. Agradecidos todos por la chispa inspiradora que fue el
Moncada, convertido en fuego liberador para la América, en lección
de vida, hicieron patente su respaldo a Cuba y sus conquistas,
recordando además en sus discursos la fuerza inspiradora de Fidel,
el líder histórico de la Revolución cubana. Y es que, como dijera
José Mujica, Presidente del Uruguay, "con los sueños de aquellos
cubanos, oleadas de juventud, nos movimos por toda Nuestra América".
Poco después de concluir el acto, el General de Ejército acompañó
a las delegaciones invitadas a realizar un breve recorrido por el
Museo del Cuartel Moncada, en cuyas siete salas de exposiciones se
recogen diferentes momentos de la última etapa insurreccional en
nuestro país.
En muchos casos fue el propio Raúl quien explicó sobre el
significado de alguna foto y los tipos de armas; rememora y comparte
con los visitantes anécdotas sobre aquellos años de lucha que
permitieron hacer realidad los sueños de un puñado de jóvenes que no
dejó morir al Apóstol en el año de su Centenario.

En el patio exterior del museo, al llegar junto al busto del
teniente Pedro Sarría, develado el pasado 25 de julio, comentó a
quienes lo acompañaban que la actitud valiente de este hombre ayudó
a salvar la vida de Fidel cuando fue hecho prisionero tras el asalto
al Cuartel Moncada.
Al hacer referencia al significado histórico de los
acontecimientos de aquel día de julio de 1953, Nicolás Maduro,
Presidente de Venezuela, consideró que con el Moncada se rompió la
calma dominante de la República Neocolonial y comenzó un huracán de
pequeñas revoluciones que terminó en una gran Revolución, la del
Primero de Enero de 1959, que ahora continúa.
"Esa gesta, más que un recuerdo, es un reto hacia el futuro para
la juventud cubana y latinoamericana para ser consecuentes con los
valores que inspiraron a los jóvenes de entonces. El Moncada ahora
es que empieza", manifestó.
Hasta el cementerio Santa Ifigenia llegaron luego las
delegaciones hermanas para rendir tributo al Héroe Nacional José
Martí. Acompañados por el General de Ejército, los invitados
presenciaron el cambio de la guardia de honor que custodia el
féretro y a continuación, ya junto a la tumba donde descansan los
restos mortales del Maestro, tuvo lugar un momento de especial
significación.
Seguidamente, en las cercanías de la llama eterna que flamea en
el lugar, Raúl pidió a Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La
Habana, que les explicara cómo se habían trasladado hasta allí los
restos del autor intelectual del asalto al cuartel Moncada.
"A través de Martí es que se empieza a conocer a Bolívar",
expresó el Presidente cubano, quien también comentó a los visitantes
sobre toda la historia que descansa en ese lugar sagrado. Allí
reposan los restos de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria;
de Frank País García, así como de otros mártires y moncadistas.
Daniel Ortega, Presidente de Nicaragua, en declaraciones a la
prensa cubana, catalogó al Moncada como un "símbolo donde se vincula
la historia de Martí con Fidel y luego la marcha hacia adelante". Y
en este aniversario 60 le rendimos homenaje a Martí —dijo—, porque
Martí es la esencia misma del Moncada, sin Martí no nos podemos
imaginar a Fidel ni al Moncada.
Sobre las palabras pronunciadas durante el acto por él y el resto
de los oradores invitados, aseguró que ellas ratifican "la voluntad
y decisión de continuar trabajando por la unidad de los pueblos
latinoamericanos y caribeños".
A todos los mandatarios presentes dedicó Raúl un gesto amigo, un
momento especial. También sucedió así durante el breve encuentro
sostenido con algunos en la tarde del 25 de julio, donde compartió
recuerdos de su infancia en Birán, el origen de las grandes colonias
de café en nuestro país y la llegada de negros africanos a nuestras
tierras, lo cual propició el mestizaje en nuestro continente,
convirtiéndonos en parte de un tronco común.
Les comentó además, sobre la impronta que nos legó el Comandante
de la Revolución Juan Almeida Bosque, a quien recientemente se le
rindió homenaje con una escultura colocada en el exterior del teatro
Heredia, en la ciudad santiaguera.
Y en Santiago de Cuba también estuvo Fidel, que con sus firmes
ideas, y junto al pueblo, nos llevó finalmente a la victoria de
1959, una Revolución que 60 años después, continúa siendo una
Revolución de los jóvenes.