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Chávez en el Moncada
A propósito del cumpleaños 59 —el próximo 28 de julio— del
Comandante Hugo Chávez y el aniversario 60 del asalto a los
cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en
Bayamo
JORGE
LEGAÑOA ALONSO
"Chávez
en el Moncada" es el titular que ahora mismo quisiera tener en
primera plana de este diario, en el aniversario 60 del asalto a los
cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Sin embargo, los
sutiles hilos del destino no lo permitieron, al menos físicamente.
Hoy se extrañará en Santiago de Cuba el verbo de alta tensión de uno
de los grandes, "el mejor amigo de la Revolución cubana": el
Comandante Hugo Chávez.
Sus banderas hondearán con Nicolás Maduro a la cabeza, el primer
presidente chavista y obrero de Venezuela. El espíritu incansable de
lucha y su corazón jocoso estarán presentes, porque decir Chávez es
gritar Moncada, Cuba y Fidel. Si de fechas se trata, muy cerca está
el cumpleaños del Comandante del "Por ahora", el 28 de julio, cuando
cumpliría 59 años.
Lejano parece el día en que por vez primera el líder bolivariano
escuchó hablar de "un tal Fidel, un barbudo que se fue a la Sierra
Maestra a luchar", pero muy frescas las huellas de Hugo en el pueblo
santiaguero que en el 2007 lo vio recorrer sus calles, darse
completo, abrazar a las masas.
Más allá de fechas, que solo son pretextos, el propio Chávez le
confesaba a su gran amigo y padre revolucionario, Fidel Castro, que
cuando él nació en 1954, Fidel ya estaba preso por las acciones del
Moncada, pero que sacaría grandes enseñanzas de aquellos hechos.
"Yo aprendí a conocer a Fidel Castro leyendo, y uno de los libros
que a mis manos llegó hace años, cuando yo estaba saliendo de la
niñez y soñaba con ser beisbolista —eran los sesenta, tendría unos
14 años—, fue La historia me absolverá, y leí ese libro
varias veces, y luego en la cárcel lo leíamos ya en grupo de nuevo.
Así que yo comencé a conocer a Fidel Castro y a sus ideas a través
de los libros", aseguraba el venezolano.
Chávez
sostiene el histórico fusil que Fidel utilizara en la guerra. Fotos:
Archivo
Mucho une a Chávez con el Moncada y Cuba. Es una concatenación de
hechos de una misma lucha, la de los libertadores de América,
encabezados por Simón Bolívar —el niño que fuera amamantado por una
cubana en las primeras semanas de vida—, y que pretendía también
lograr la independencia de Cuba con aquellas gestas que luego
tendrían continuidad en los ideales de Martí, a la postre el Autor
Intelectual del asalto al Moncada y el Carlos Manuel de Céspedes,
como sabiamente lo definiera Fidel en su alegato de defensa.
"¡La Historia ya te absolvió Fidel!", se encargó de subrayar una
y otra vez Chávez. Hoy, en la distancia y el legado, no hay lugar a
dudas: Fidel no es el único absuelto por la historia; Hugo, el
tribilín de Sabaneta, también ha sido absuelto, porque su Revolución
sigue en marcha, construyendo el proyecto bolivariano, atajando los
males que llevaron a un grupo de jóvenes militares venezolanos
—encabezados por él—, a levantarse en armas el 4 de febrero de 1992.
Ese sería el Moncada de Chávez, el motor pequeño que movilizó a
un país entero y despertara miles de Bolívar junto al Chávez de los
pobres, que vino de sus catacumbas para lograr la segunda y
definitiva independencia de los pueblos de América.
Hoy pareciera que retumba el coro de los pioneros santiagueros
que dan la bienvenida a ritmo de la conga de Los Hoyos: "Chávez no
se va", "Chávez te queremos", y él reciprocando "Si Cienfuegos son
cien fuegos, Santiago son cien amores y cien amores con cien amores
se pagan".

El pueblo de Santiago lo acogió como un hijo en el 2007.
"Yo soy un soldado guerrillero de la Sierra Maestra, del cuartel
Moncada. De ahí venimos nosotros", confesó al tiempo que decía sobre
el "arrebato de amor" de la generación del Centenario: es "cuna,
vientre, alma profunda y semilla de la Revolución Martiana..., y de
la Revolución Bolivariana".
Ese mismo ser humano excepcional que fue Hugo Chávez, un poco
antes de partir de Santiago de Cuba escribía: "Hemos llegado a esta
casa, a esta infinita granjita Siboney, casa de la llama eterna de
los Quijotes que se atrevieron con audacia a abrir el camino. Aquí
vamos con ustedes, muchachos y muchachas, soñadores, abriendo las
anchas alamedas de la Patria libre, del Socialismo. Nos llevamos la
llama de ustedes en el alma, para los incendios libertarios que
esperan. Patria, Socialismo o Muerte".
Y así fue, un mar de llamaradas hasta el último segundo.
Celebramos su cumpleaños porque su ejemplo es vida. Con el fusil de
Fidel y el machete de Maceo —que le otorgaran en Santiago— Chávez es
invencible, aseveró Raúl Castro desde el Moncada en el 2007. Y el
líder bolivariano le respondió, seguro —como si se tratara de un
recordatorio de las raíces y las esencias de donde venimos—, con un
sonoro "¡Viva, carajo, Fidel!". |