Seis décadas en la gloria

El maestro Luis Carbonell cumple hoy 90 años de vida, y más de 66 los ha dedicado a la cultura cubana

AMELIA DUARTE DE LA ROSA

Foto: Archivo

Acuarelista de la Poesía Antillana, artista del mestizaje creativo o el mejor intérprete de la llamada poesía negra, afrocubana y mulata, son algunos de los muchos apelativos con que se reconoce al maestro Luis Mariano Carbonell; quien nació hace exactamente 90 años, un día como hoy, en Santiago de Cuba.

El único artista en la Isla capaz de llenar teatros con solo recitar, llega a sus nueve décadas de vida con la misma lucidez oral que tanto reconocimiento le valió en distintos escenarios del mundo.

Foto: Anabel Díaz MenaEn un homenaje reciente celebrado en el ISA.

Considerado una gloria de la cultura cubana y latinoamericana, Carbonell inició estudios de música en su Santiago natal y en 1947 actuó por primera vez en Nueva York junto a Esther Borja, Ernesto Lecuona y Gilberto Valdés. De regreso a La Habana, el joven pianista y declamador causó tan buena impresión en cuanto lugar se presentó que el gran humorista argentino Pepe Biondi —por aquel entonces en Cuba— se cuenta que le dijo: "No, usted no recita, usted pinta el poema".

Especialista en el montaje de voces, el irrepetible repertorista ha incorporado la suya en piezas que interpretaron grandes cantantes cubanos; y fue, además, profesor de multitud de alumnos, muchos hoy de gran prestigio en el panorama nacional e internacional.

Larga y fructífera ha sido también su vida artística. Fue miembro de la compañía de Ernesto Lecuona, donde acompañó a Esther Borja. Trabajó con el cuarteto de Facundo Rivero, con Elena Burke, Aurelio Reinoso y Adalberto del Río; participó en la formación del Cuarteto del Rey; y actuó con el trío Antillano de Bobby Collazo, y el cuarteto de Mario Fernández Porta. Prestó asesoría a agrupaciones musicales como las de Orlando de la Rosa, Facundo Rivero, D’Aida, Trío Antillano y Los Caña, así como colaboró en varias producciones discográficas, entre ellas, Rapsodia de Cuba y Esther Borja canta a dos, tres y cuatro voces canciones cubanas, en los años 50.

Foto:Jorge OllerPianista y declamador, Carbonell comenzó sus estudios de música en Santiago de Cuba.

Como narrador oral realizó numerosos espectáculos unipersonales. En su repertorio aparecen poemas de Nicolás Guillén, Zacarías Tallet, Emilio Ballagas, Regino Pedroso, Agustín Acosta, todos cubanos, y también de los españoles Federico García Lorca y Alfonso Camín; Palés Matos, de Puerto Rico; el dominicano José Antonio Alix y el venezolano Aquiles Nazoa.

Incansable trabajador, su magnífica voz, histrionismo, versatilidad y profesionalismo han sido reconocidos con una nutrida colección de premios, entre ellos, la Orden Félix Varela, la más alta condecoración que el Estado cubano confiere en la esfera de la cultura, y el Premio Nacional del Humor.

     
Foto: Archivo   Foto: Chino Lope

El artista en sus inicios.

  Luis Carbonell en escena junto a la cantante cubana Esther Borja.

Aun cuando el propio Carbonell ha afirmado en entrevistas ser un hombre tímido, ha llevado su arte a distintos escenarios de Latinoamérica y Europa. Siempre aplaudido y ovacionado, el maestro es el vivo ejemplo de lo que el talento, el tiempo y la dedicación logran en un artista cuando es verdaderamente grande.

 

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