La absolución de un vigilante blanco acusado de matar a tiros a
un joven negro en la Florida (sureste), que regresaba a casa de su
padre tras comprar unas golosinas la noche lluviosa del 26 de
febrero del 2012, reabrió el latente estigma racial en EE.UU., e
hizo temer que se desatasen graves disturbios como los vividos en
Los Ángeles en abril de 1992, tras la absolución por una corte de
cuatro policías (tres blancos y un hispano), acusados de propinar
una salvaje golpiza al motorista negro, Rodney King.
Excepto incidentes aislados, lo que ha ocurrido hasta ahora han
sido manifestaciones de un amplio espectro social —en muchas
ocasiones espontáneas— en Nueva York, Boston, Los Ángeles, San
Francisco, Filadelfia, Miami, Chicago y Atlanta, entre otras
ciudades, para expresar inconformidad con la controversial decisión
del jurado de seis mujeres blancas, que declaró al guardia barrial
George Zimmerman, de 29 años, no culpable de la muerte del
adolescenteTrayvon Martin, de 17.
"Si Trayvon hubiese sido blanco, esto no habría pasado", dijo el
padre del adolescente muerto, Tracy Martin, a la cadena NBC, tras
conocer el fallo.
En las afueras del tribunal de Sanford (centro de la Florida),
donde se llevó a cabo el proceso, varios centenares de personas
levantaron sus puños al cielo y clamaron por la justicia y portaban
pancartas en las cuales se leía "Opresión racial".
Consciente de la tensión reinante, el presidente Barack Obama,
mediante un comunicado, llamó a la calma y pidió respeto para la
decisión judicial, aunque reconoció que "la muerte de Trayvon Martin
es una tragedia". "Sé que este caso ha levantado pasiones", señaló.
"El más fundamental de los derechos civiles, el derecho a la
vida, fue violado la noche en que George Zimmerman persiguió y acabó
con la vida de Trayvon Martin", indicó la petición hecha por la
NAACP (la asociación para el avance de las personas de color y
principal grupo de lucha de derechos civiles de los negros en EE.UU.)
al Departamento de Justicia para que presente cargos federales
contra el vigilante.
Valerie Houston, una influyente pastora de la iglesia Allen
Chapel AME en Goldsboro, el barrio negro de Sanford, afirmó que con
este fallo "la vida diaria de mi gente todavía está esclavizada por
la sociedad de la supremacía blanca".
Y es que este juicio dividió a la nación entre quienes creen que
Zimmerman, un estadounidense de padre blanco y madre peruana, actuó
en legítima defensa y quienes piensan que lo hizo motivado por
prejuicios raciales.
Para muchos analistas, el polémico proceso es un ejemplo de que
en EE.UU. sigue existiendo un doble rasero dependiendo del color de
la piel a la hora de aplicar justicia, y que retrotrae la nación a
la época de la segregación racial, cuando un blanco no sufría las
consecuencias legales de matar a un negro.
En un intento también por calmar los exaltados ánimos, el
secretario de Justicia y fiscal general norteamericano, Eric Holder,
calificó la muerte del joven Martin como un hecho "trágico,
innecesario", e indicó que el departamento a su cargo seguirá "los
hechos y la ley", al revisar las evidencias, para determinar si
corresponde interponer cargos penales federales.
Los dolientes no olvidan que Zimmerman fue detenido solo seis
semanas después de la muerte de Martin, luego de una amplia presión
social, que forzó a la fiscalía general de la Florida a apartar a
los procuradores locales y nombrar a la fiscal de Jacksonville.
No es la primera vez que un juicio como este concita el debate
nacional sobre el racismo, un tema tabú en EE.UU., pues los
reiterados casos de injusticia y crímenes de odio contra los negros
estadounidenses y de otras minorías ocurren frecuentemente y en
muchas ocasiones concluyen en impunidad de los autores de tales
fechorías.
Recordemos el famoso proceso judicial por la muerte de Emmett
Louis Till, un adolescente afroamericano nacido en Chicago,
brutalmente asesinado por dos blancos, sin justificación alguna, en
la madrugada del 28 de agosto de 1955 en Mississippi, cuando solo
contaba con 14 años de edad; y que concluyó en un veredicto de
inocente para los homicidas Roy Bryant y John William Millam.
El crimen cometido contra el joven Emmett se convirtió en emblema
de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. En ese mismo
año de 1955, en Montgomery (Alabama), la negra Rosa Parks
(1913–2005) se negó a cederle el sitio en el autobús a un hombre
blanco, hecho que inició un movimiento de protesta en contra del
sistema de segregación racial de los autobuses públicos. En cierta
ocasión, Rosa Parks indicó: "pensé en Emmett Till y ya no hubo
marcha atrás".
Si bien la dura lucha por los derechos civiles de los
afroamericanos ha logrado algunos avances desde la anulación de las
leyes discriminatorias conocidas como "Jim Crow" en el Sur (unas
leyes estatales y locales que entre 1876 y 1965 asignaban la
segregación racial en todas las instalaciones públicas por mandato
de iure bajo el lema "separados pero iguales", y que se
aplicaban a los estadounidenses negros y a otros grupos étnicos no
blancos del país), la herencia del racismo es aun asignatura
pendiente en la sociedad norteamericana, entrampada por profundas
diferencias sociales y económicas.
Salta a la vista que en EE.UU. gran parte de los encarcelamientos
corresponde desproporcionadamente a miembros de minorías raciales o
étnicas, una disparidad que no se puede atribuir solamente a las
diferencias en la conducta delictiva: la tasa de encarcelamiento de
los hombres negros no hispanos es seis veces mayor que la de los
hombres blancos no hispanos y 2.6 veces superior a la de los hombres
hispanos. Uno de cada diez negros de 25 a 29 años estaban en la
prisión o la cárcel en el 2009; en el caso de los hombres hispanos,
la cifra era de 1 por cada 25; y 1 por cada 64 en el caso de los
hombres blancos. Huelgan los comentarios.
Desde el asesinato el cuatro de abril de 1968 del reverendo
negro, Martin Luther King, Jr., cuyo testamento político I Have a
Dream (Yo tengo un sueño), fue un clamoroso llamado a la
convivencia pacífica de blancos y negros, hasta el arbitrario
arresto en su casa de Henry Louis Gates, un profesor negro de la
Universidad de Harvard en el 2009 por un malentendido, son numerosos
los casos de discriminación y de odio contra grupos étnicos
minoritarios.
La muerte de Trayvon Martin ciertamente abre un nuevo debate
sobre las tensiones raciales en Estados Unidos.