Ha
sido un viraje absoluto en las decisiones y en el tono. El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha cedido a la presión y ha
anunciado que comparecerá en el Congreso de los Diputados para
explicar el caso Bárcenas y "dar su versión" del escándalo del
extesorero del PP ante los grupos parlamentarios y los ciudadanos.
Hasta hace poco, Rajoy y el PP negaban la necesidad de esta
comparecencia porque no había "elementos nuevos".
Preguntado al respecto por un periodista rumano tras reunirse en
La Moncloa con el primer ministro de ese país, Víctor Ponta, el jefe
del Ejecutivo, que tenía preparado el anuncio para hoy, ha avanzado
que ayer habló "con el presidente del las Cortes para presentar una
solicitud de comparecencia a finales de este mes o a principio del
próximo sobre la situación económica e política". "También hablaré
sobre la cuestión que le preocupa", ha agregado Rajoy, que, seis
meses después de que estallara el caso, ha tratado de defender, en
relación con el antiguo responsable de finanzas del partido
mayoritario: "Yo respondo a preguntas en el Parlamento, voy
respondiendo también ante los medios de comunicación, siempre he
dado una respuesta".
La comparecencia de Rajoy, por tanto, se celebraría en
principio la semana que viene, probablemente el martes o el
miércoles, en pleno inicio de las vacaciones de agosto. Habrá que
habilitar una sesión extraordinaria porque no hay ningún pleno
previsto. "Este es el momento adecuado para explicar en el
Parlamento lo que se ha hecho hasta ahora y para que aclare dudas
que legítimamente tienen muchos ciudadanos", ha manifestado el
presidente del Gobierno, que por otro lado ha insistido: "Sobre este
asunto he respondido, pero soy plenamente consciente de que le ha
generado dudas a los ciudadanos".
Hasta hace pocos días el Gobierno insistía en que Rajoy ya había
dicho todo lo que tenía que decir, a la espera de que él, y solo él,
tomará la decisión de comparecer que muchos ansiaban para rebajar la
presión. Es evidente que Rajoy ha visto la mala imagen que le estaba
causando, dentro y fuera de España, y ha cambiado hasta el tono,
señalando ahora su máximo respeto al Parlamento. "Es el sitio para
dar explicaciones, allí contaré mi versión que es necesaria al
conjunto de los ciudadanos".
No obstante, esta comparecencia tiene una contrapartida. El
presidente ha suspendido la tradicional rueda de prensa de final de
curso, prevista para este viernes después del Consejo de Ministros,
y se pronunciará sobre Bárcenas en un formato que evita las
preguntas de los periodistas. De hecho el propio presidente, aunque
ha insistido en que él siempre responde sobre este asunto -aún no ha
pronunciado siquiera el nombre de Luis Bárcenas, hoy tampoco- ha
evitado contestar a una pregunta clave: por qué siguió mandado
mensajes de ánimo a Bárcenas aún después de saber que tenía 16
millones de euros en Suiza? Ante esta cuestión directa, el
presidente ha dicho que dará explicaciones en el Congreso, no ha
querido contestar.
El Ejecutivo y el PP buscaban desde hace días una fórmula para
que el presidente acudiera al Parlamento y pudiera sortear la moción
de censura anunciada por el PSOE. El PP ha evitado hasta ahora
aclarar cuáles son las intenciones del jefe del Ejecutivo, aun así
los principales dirigentes del partido mayoritario entienden que esa
decisión solo le correspondía a él.
Este anuncio, a falta de concretar la fecha, desactiva en
cualquier caso la opción de moción de censura anunciada por Alfredo
Pérez Rubalcaba, aunque los socialistas pedían una comparecencia
monográfica del caso Bárcenas y Rajoy ya ha dejado claro que también
va a hablar de economía. De hecho La Moncloa espera que la
publicación de una Encuesta de Población Activa (EPA) este viernes
mucho mejor que la anterior dé algo de aire al Gobierno.
El PSOE puso como exigencia una comparecencia de Rajoy en el
Congreso para no presentar esa iniciativa. Sin embargo, el
presidente no quería enfrentarse a una sesión monográfica sobre el
caso Barcenas, en la que durante horas todos los grupos le
atacaran. Pero buena parte de los diputados del PP preferían una
comparecencia, que desbloqueara una situación política imposible.
Esta es la opción que ha pesado más y se ha buscado una vía
intermedia. En cualquier caso, Rajoy ha minimizado la moción de
censura, ha recordado que el principal partido de la oposición la
"puede presentar en cualquier momento" y se ha limitado a
considerar: "He entendido, a la vista de las dudas que es bueno que
yo tenga una comparecencia en las Cortes Generales para que yo
aclare dudas que legítimamente tiene mucha gente, muchísimos
ciudadanos, para que yo haga una explicación. A mí me han hecho un
sinfín de preguntas orales y nadie sobre este asunto. En el debate
sobre el estado de la nación debatimos sobre este asunto. He
respondido pero creo que es buen momento para aclarar algunas dudas
que soy plenamente consciente de que se le han generado a muchos
ciudadanos".
Esta mañana, el presidente había evitado pronunciarse, durante un
desayuno informativo, sobre qué pensaba hacer, y José Ramón Bauzá se
había sumado a las voces del partido mayoritario que defienden que
Rajoy debe comparecer "cuando le parezca oportuno".
"Rajoy comparecerá cuando le parezca oportuno en beneficio de los
intereses generales. Estoy seguro de que hará lo mejor para los
intereses de España", ha manifestado el presidente de Baleares
preguntado al respecto, que ha apuntado por otro lado que "la moción
de censura solamente la puede hacer el PSOE estando en la
oposición".
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha asegurado hoy
por su parte que si la sociedad tiene la percepción de que PP
recibió dinero negro, la obligación de sus dirigentes es "convencer"
de que es un "partido transparente".