Tope Cuba-Estados Unidos

Las diferencias entre el triunfo y el revés

OSCAR SÁNCHEZ SERRA, enviado especial
oscar.ss@granma.cip.cu

Dieciséis jits en 102 veces al bate, solo 157 de average; los hombres que han tenido la responsabilidad de los tres primeros turnos de la alineación compilan 085 (3 en 35); tres oportunidades con la Regla Schiller, sistema de desempate en extrainnigs, sin poder fabricar carreras; y casi la mitad de los jugadores, siete de 15, sin jits, muestran claramente las insuficiencias de la ofensiva cubana en los tres primeros juegos de la serie bilateral con el equipo nacional universitario de Estados Unidos.

Foto: Ricardo lópez hevia, enviado especialNorge Luis Ruiz realizó una gran faena en el tercer partido.

Lo anterior deja al equipo sin funcionar, pues al no cumplirse los roles de los primeros al bate, hace que los slugger en vez de impulsar sean impulsados, tanto que las tres carreras anotadas por Cuba hasta ahora, son las dos de Yasmani Tomás y una de Yulieski Gourriel. En otras palabras, la posibilidad de fabricar anotaciones o proyectar un probable racimo, se aborta. Y esto es muy importante, porque ha hecho la diferencia.

El rival, por ejemplo, ha sido igual de anulado a la ofensiva, solo que su pálido average de 151 (14 en 93), inferior al de la tropa de Víctor Mesa, se ha concentrado en esos tres primeros turnos al bate, productores de 9 de los 14 imparables que han salido de los bates de los estadounidenses. En consecuencia, ellos han pisado el home en dos de los seis registros norteamericanos,

A nuestro juicio, aquí está el núcleo central, o el obstáculo que se ha interpuesto entre la plantilla antillana y el triunfo. También es la razón por la cual la dirección del plantel caribeño haya pasado por esos puestos a seis de sus peloteros. Por supuesto, el otro valladar infranqueable lo es el certero pitcheo del joven colectivo adversario.

"Tienen mucho nivel, le ponen a la bola y camina a más de 95 millas, luego le quitan y te dejan clavado en la caja de bateo. Nosotros no vemos este tipo de pitcheo, y cuesta trabajo descifrarlo", nos dijo Yasmani Tomás, al concluir el segundo partido.

Mientras, Yunior Paumier, el único que tiene jits en los tres choques, expresó: "es muy difícil batearle a estos lanzadores, se equivocan muy poco, tienen un gran control en las esquinas. Me han impresionado todos, no puedo decir uno, pero el abridor del tercer encuentro, Brandon Finnegan, tira durísimo".

Pero del lado estadounidense los bateadores también están preocupados, el pitcheo cubano los ha dejado en 14 incogibles en tres salidas. Para tener una idea, este conjunto antes de jugar la serie contra Cuba, había celebrado 16 partidos con equipos estadounidenses y japoneses, conectando 190 jits, lo que le daba un promedio de casi 12 por partido. Hoy, apenas rebasan en dos esa cifra en tres desafíos. Se habían tomado 140 ponches en esos 16 cotejos, alrededor de ocho por encuentros, en cambio frente a los lanzadores cubanos, en tres partidos ya son 35 los que les han propinado, a un promedio de casi 12 por salida al terreno. Agregue, que el promedio de carreras limpias por juego de los antillanos es de 0.61.

Paul Seiler, director general de USABaseball, nos decía después del tercer partido: "es impresionante ese jovencito, qué velocidad, qué cambio de bola. Además, muy combativo, ha lanzado un bonito juego". Se refería al camagüeyano Norge Luis Ruiz, sobre quien coincidimos en que es lo mejor de Cuba hasta el momento en el tope.

"Tenía muchas ganas de que me dieran la pelota. Víctor es muy exigente, pero si no lo fuera, no hubiera llegado hasta donde está. Me requirió fuerte porque lancé una recta que se quedó al medio y me había indicado que la tirara, pero afuera. Los errores se pagan caro, y aunque el equipo no bateó, la responsabilidad de esa carrera fue mía", dijo Ruiz, quien pese a sus 19 años, hizo un profundo estudio de sus oponentes en los juegos anteriores. "Los estaba observando y detallé sus debilidades con el rompimiento pegado y me dio resultado".

A Cuba también le ha fallado la defensa, lo mismo en su mecánica que a la hora de fildear, expresada en que de las seis carreras de los locales en estos desafíos, tres de ellas las han hecho sin batear de jit, y cuatro van como sucias a los libros de récord.

Aquí va otra diferencia, los rivales han cometido solo un error sin costo, mientras del otro lado son tres las marfiladas, con impacto en los marcadores del primer y segundo encuentros.

QUIÉNES SON LOS ADVERSARIOS

¿Cómo es posible que un equipo universitario pueda doblegarnos tan categóricamente? ¿De qué manera tienen esa sensación de seguridad en el terreno, de casi no equivocarse? ¿Nuestro béisbol ha caído tanto, que ahora ni siquiera podemos batearles a unos niños? ¿Por qué se ven tan indefensas nuestras estrellas? Son algunas de las preguntas que nos llegan hasta aquí por la velocidad de las nuevas tecnologías.

Se ha hablado de la calidad de los jugadores de Estados Unidos, y que si tienen o no oficio en el terreno de pelota. Cuesta mucho trabajo dudar de que esas dos cualidades no estén presentes en unos muchachos que si bien están entre 20 y 23 años de edad, han llegado a este momento con más de 450 juegos realizados, lo cual les ofrece tiempo de terreno y en consecuencia, actúan como prospectos profesionales.

Fuentes de USABaseball, organización que rige el béisbol colegial de Estados Unidos, precisaron a Granma, que la entidad no promueve o no se proyecta de cara a las Grandes Ligas ni a las Ligas Menores, pero hay jugadores que sí continúan su vida en el béisbol rentado.

Los especialistas de esa organización nos comentaron que la calidad está dada justamente por la cantidad de juegos por año, pero sobre todo por un férreo nivel de exigencia en cuanto a la preparación y al resultado en cada entrega en el estadio. Cuando les preguntamos si los consideraban ya con el oficio del pelotero, nos dijeron: "en el terreno de pelota saben hacerlo todo, cuentan con la capacidad de anticiparse a la situación de juego, conocen a la perfección el abecé de cada una de sus posiciones". Si eso no es oficio, entonces hay que crear otra vez el vocablo.

Hoy se jugará en Carolina del Norte, desde las 7:00 p.m., hora local y de La Habana, el cuarto juego de este Tope. Y aunque no se descarta un repunte ofensivo, realmente las señales apuntan a que se mantenga el dominio del pitcheo de ambos cuadros. Para ganar o hacer la diferencia, nos hace falta la efectividad en el momento justo, cuando no se puede fallar, como lo ha hecho el oponente.

Por lo demás, bienvenido el tope, cuya exigencia del adversario, dicho sea de paso, hizo salir el extra y la clase que tenemos y debemos explotar más.

A nosotros, los cubanos que nos consideramos cada uno un director de equipo, no nos gusta perder ni en un tope, pero cuando se juega como hasta ahora, uno queda menos dolido con el revés, pues sabe que hay potencialidades y perspectivas de desarrollo. Pero eso lleva trabajo y duro.

 

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