La
Unión de Escritores y Artistas de Cuba convoca a su VIII Congreso.
Con él no se pretende cumplir un ritual, sino colocar a nuestra
organización en el lugar de vanguardia que le corresponde. La
cultura cubana hoy, con un potencial extraordinario, tiene ante sí
deberes enormes e ineludibles. Estamos conscientes de los problemas
complejos que enfrentamos y de la hora crucial que viven la Patria y
el ideal socialista.
Tenemos deficiencias y debilidades y encontramos límites y
obstáculos a la hora de ejercer nuestras funciones. No nos consuela
conocer que lo mismo está sucediéndoles a otros muchos sectores del
país. Sabemos que la conformidad suele esconder la inercia, uno de
los principales enemigos de la creación y del espíritu de lucha. La
obra levantada a partir del acto fundador del Moncada y de la sangre
de nuestros héroes, debe ser defendida con lealtad y pasión frente a
los enemigos externos e internos. La Uneac posee una valiosa
tradición en el ejercicio del criterio y en un debate que nos ayuda
a ser críticos y autocríticos. No nos creemos dueños de la verdad,
preferimos escuchar y dialogar. Debemos sumarnos con plena
conciencia al combate contra todos los males de la sociedad, la
incultura, las conductas marginales y el deterioro del tejido
espiritual de la nación. Nuestro deber es responder al reciente
reclamo del Presidente Raúl Castro.
La cultura debe ser un terreno primordial del combate en defensa
de la nueva manera de vivir que la Revolución ha logrado crear, tan
superior al egoísta y envilecido mundo del capital. La educación
debe ser un vehículo por excelencia para que nuestros niños,
adolescentes y adultos sean mejores seres humanos. Los medios de
comunicación, cuyas potencialidades se han revolucionado en el
presente, son un arma colosal para el goce y la liberación, y no un
eslabón de la cadena de dominio imperial. En los últimos veinte
años, la sociedad cubana ha sufrido cambios muy perjudiciales en sus
valores, sus relaciones sociales y sus costumbres. Nuestro pueblo
posee poderosas reservas morales y un nivel de conciencia política
incomparable, además de capacidades extraordinarias en gran parte de
sus hijos y una firme voluntad de superar enemigos, carencias y
obstáculos y de seguir adelante en la construcción de un bienestar
digno y solidario.
Cultura, educación y sociedad serán una vez más tres conceptos
claves para la Uneac en su VIII Congreso. Sus temas estarán en el
centro de nuestros debates. Esperamos que contribuyan a un
diagnóstico justo y equilibrado de los problemas acuciantes de la
sociedad cubana. Queremos, desde nuestra tribuna, aportar al triunfo
de las transformaciones económicas y al mejoramiento de la vida
material y espiritual de todo el pueblo.
Vamos a consolidar la Uneac que necesitan los intelectuales y
artistas y la Revolución. Nos proponemos trabajar con todas las
instituciones que influyen en la formación de valores éticos y
culturales de nuestra población. Somos una organización social con
especialidades y con un campo complejo de estrategias y objetivos
propios. Nunca formaremos parte de una élite lejana de la mayoría.
Nunca perderemos de vista que el ámbito cultural es mucho más amplio
que el de cualquier especialista. La cultura en su sentido
antropológico, cala en la vida, las actitudes, los valores, las
relaciones humanas y los ideales del pueblo.
Es un privilegio dar a conocer este llamamiento a pocos días del
aniversario 60 de la gesta encabezada por Fidel y desde uno de los
lugares más cargados de simbolismo de la Patria: el Mausoleo del II
Frente Oriental Frank País. Los intelectuales y artistas aspiramos a
ser dignos de ese honor.
(Unión de Escrtitores y Artistas de Cuba)