El Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder, afronta una
decisión crucial sobre si presenta o no cargos federales en contra
de Zimmerman, después de que el exvigilante de barrio fuese
declarado el sábado en Florida no culpable por un jurado que emitió
su veredicto de forma unánime.
La Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP,
por sus siglas en inglés), la organización de derechos civiles más
antigua de EE.UU., y otros grupos humanitarios, presionan a Holder
para que lo lleve a cabo. El presidente de la NAACP, Ben Jealous,
señaló en un comunicado que no se trata solamente de justicia por la
muerte del joven afroamericano sino que "se trata del más
fundamental de los derechos civiles: el derecho a la vida".
Este domingo, el también líder de derechos civiles en Estados
Unidos, el reverendo Jesse Jackson, exigió que el Departamento de
Justicia "intervenga" y "lleve esto a otro nivel".
Zimmerman pudo haber sido condenado a cadena perpetua si el
jurado lo hubiera encontrado culpable de homicidio
preterintencional, o a hasta 30 años de cárcel por homicidio
culposo. Tras algo más de 16 horas de deliberaciones, el jurado
alcanzó el veredicto unánime de no culpable para ambos cargos y lo
entregó por escrito a la jueza encargada del caso.
La multitud que se concentró dos días ante el tribunal en espera
del veredicto recibió conmovida el impacto del "no culpable". Pero
de inmediato el estupor se transformó en rabia. En Stanford, Nueva
York, Washington, San Francisco, Chicago, Filadelfia y Los Ángeles,
la gente manifestó su protesta contra el veredicto. Muchos jóvenes
llevaban chaquetas con la capucha sobre la cabeza, como Trayvon al
ser asesinado. En Florida, unos 200 manifestantes marcharon en
Tallahassee con pancartas que decían "El racismo no ha muerto" y "
¿Quién sigue?".
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
instó este domingo a todos los estadounidenses a que hagan "una
reflexión tranquila". "La muerte de Trayvon Martin fue una tragedia.
No solo para su familia, o para cualquier comunidad, también para
Estados Unidos", afirmó el mandatario en un comunicado emitido por
la Casa Blanca.
El caso Zimmerman ha tenido una gran repercusión mediática en
Estados Unidos y ha reabierto de nuevo el debate en torno a la
desigualdad racial, los derechos civiles y el uso de armas.