Embalses

Cerrar brechas al bajo aprovechamiento

Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu

Las grandes inundaciones provocadas por las torrenciales lluvias del ciclón Flora, que devastaron amplias zonas de la entonces provincia de Oriente en octubre de 1963, fueron un factor esencial para que poco tiempo después la máxima dirección del país iniciara un amplio programa nacional de construcción de obras hidráulicas.

La mayoría de las presas están en buen estado técnico para enfrentar cualquier evento de intensas lluvias. fotos: archivo

El objetivo de aquel incipiente empeño no solo contemplaba evitar la futura repetición de desastres similares, sino también almacenar suficientes reservas de agua dirigida a garantizar el suministro al sector residencial y apoyar el desarrollo agrícola e industrial impulsado por la naciente Revolución, aun en periodos de intensa sequía.

Fruto de esa acertada política, el país dispone hoy de 242 embalses administrados por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), capaces de almacenar alrededor de 9 000 millones de metros cúbicos, mientras el 96 % de la población tiene acceso al agua.

A lo anterior habría que sumar varios cientos de presas pequeñas manejadas por el Ministerio de la Agricultura (el mayor consumidor del vital líquido en la nación) y el Grupo AZCUBA, que en su conjunto aportan cerca de 500 millones de m3 adicionales.

La reparación de canales magistrales y otras obras hidráulicas son una prioridad del Estado cubano.

VIENTOS A FAVOR

Un estudio realizado en el 2005 puso de manifiesto que debido a la falta de mantenimiento y otros problemas acumulados, existían en el archipiélago cubano 75 embalses subutilizados, cifra que cuatro años más tarde se elevó a 106, al faltar el respaldo financiero necesario para acometer las labores dirigidas a revertir tan desfavorable situación.

Como afirman a Granma los ingenieros Abel Fernández Díaz, al frente de la Dirección de Uso Racional del Agua del INRH, y Yunior González Núñez, especialista principal y jefe de Departamento, durante los últimos dos años se ha trabajado de manera sistemática y coordinada hacia el logro de ese estratégico propósito, que tiene entre sus finalidades principales aumentar la cantidad de tierras cultivables beneficiadas por el riego para la producción de alimentos.

Estas labores incluyen la reparación de presas, derivadoras y canales magistrales, e involucran a seis brigadas especializadas con una fuerza laboral estable, y dotadas de los equipos y herramientas adecuados.

Por ser los mayores clientes del agua embalsada a nivel nacional, el MINAGRI y AZCUBA participan junto con Recursos Hidráulicos en las mencionadas acciones.

Los embalses administrados por el INRH tienen una capacidad de almacenamiento aproximada de 9 000 millones de metros cúbicos.

Según precisaron ambos expertos, actualmente el número de embalses subutilizados en el país descendió a 55, y se localizan fundamentalmente en las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Cienfuegos, Villa Clara, Camagüey, Holguín, Las Tunas, y el municipio especial de Isla de la Juventud.

Resulta conveniente añadir que esa condición agrupa a las presas cuyo nivel de empleo es inferior al 75 % del volumen retenido.

De la cantidad citada, 35 aprovechan menos del 25 %, y la mayor parte tributa a los sistemas productivos del Ministerio de la Agricultura, como único beneficiario.

En esos embalses existen unos 566 millones de m3 de agua sin un destino útil, que bien pudieran contribuir a impulsar diversos renglones de la rama agropecuaria.

Indicó el ingeniero Abel Fernández que todavía no se explotan aproximadamente 778 millones de metros cúbicos del preciado recurso disponibles en nuestras presas, los cuales pudieran destinarse a diversos fines, como puede ser la cría intensiva de peces.

Ratificó, además, el buen estado técnico y la seguridad de la inmensa mayoría de estas obras para enfrentar cualquier evento de intensas lluvias que se origine en el transcurso del periodo húmedo (termina el 31 de octubre).

Junto al rescate de decenas de kilómetros de canales magistrales, el Estado cubano prioriza la recuperación de cantidades apreciables de agua que hoy se pierden por las ineficiencias existentes en las conductoras y redes de distribución del líquido.

Al respecto, los dos especialistas del INRH mencionaron los trabajos de rehabilitación que se ejecutan en varios municipios de la capital, y en las ciudades de Camagüey, Manzanillo, Bayamo, Holguín, Guantánamo, Santiago de Cuba (casi terminados), Baracoa, Las Tunas, Nueva Gerona, y Trinidad.

Recordaron que Cuba carece de abundantes recursos hídricos y la única fuente para su formación son las precipitaciones, sometidas siempre a los caprichos de la naturaleza.

De acuerdo con los indicadores internacionales establecidos, nuestro país ocupa el lugar 105 en una lista de 182 naciones, al tener un índice de disponibilidad potencial de agua de 3 404 metros cúbicos por habitante al año, que clasifica dentro del rango de bajo.

Ello obliga a trabajar fuerte en la dirección de hacer un uso racional y productivo de la misma, evitar el derroche en el sector estatal y residencial, e implementar sistemas de riego más eficientes en la agricultura.

Seguir disminuyendo el número de embalses subutilizados forma parte de esta cruzada por la seguridad alimentaria y el bienestar de los cubanos. Lo anterior pasa por garantizar el uso eficiente de la infraestructura construida, y la gestión de riesgos asociados a la calidad del agua y a fenómenos meteorológicos extremos.

 

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