De esa manera el pueblo de Vueltabajo dio el último adiós al
joven diplomático cubano, secuestrado y desaparecido en Argentina
hace casi 37 años.
Con anterioridad, en el Palacio de la Ciudad, la embajadora de
ese país sudamericano, Excelentísima Señora Juliana Isabel Marino,
realizó la última guardia de honor junto al féretro, en compañía del
comandante del Ejército Rebelde Julio Camacho Aguilera, Gladys
Martínez Verdecia, primera secretaria del Partido en la provincia, y
el Héroe de la República de Cuba, René González Schwerert, quien
transmitió, además, un mensaje de los Cinco a la familia de Cejas
Arias.
En el mismo, se asegura que "Jesús, y todos los que cayeron bajo
las garras del Cóndor, nos llaman a que estemos alertas, preparados
y listos para pelear contra este flagelo, contra las torturas, las
desapariciones y todos los crímenes de lesa humanidad".
Por su parte, la embajadora argentina afirmó que "como tantos
otros hallazgos, este es un acontecimiento muy doloroso, y a la vez
confirmatorio de lo que fueron las dictaduras, el terrorismo de
Estado y el Plan Cóndor".
"En el caso de estos dos jóvenes cubanos, hay, además, una
reivindicación, porque el Plan Cóndor intentó hacerlos pasar por
desertores".
"Uno se siente consternado, pero a la vez en paz, porque
finalmente Jesús se ha reencontrado con su familia, con su pueblo y
con su tierra", concluyó.
El 9 de agosto de 1976, Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena
Hernández fueron secuestrados cerca de la embajada de Cuba en
Argentina, donde ambos desempeñaban funciones diplomáticas.
Las investigaciones realizadas arrojan que los trasladaron a
Automotores Orletti, un tenebroso taller de automóviles convertido
en centro de represión y muerte, donde radicó la filial argentina de
la Operación Cóndor.
Luego de ser torturados y asesinados, sus verdugos ocultaron sus
cuerpos dentro de tanques metálicos y los rellenaron con cemento,
con el oscuro deseo de que nunca pudieran ser encontrados.