Tras casi 37 años de incertidumbre, el retorno de sus restos a la
Patria ha puesto fin a una página triste que se inició con su
secuestro, junto a Crescencio Galañena Hernández, cerca de la
embajada cubana en Buenos Aires, donde ambos cumplían funciones
diplomáticas.
Con lágrimas en los ojos, Miguel, el padre, confiesa que, a pesar
de la honda pena que ello provoca, también constituye un consuelo.
"Es algo importante, que de cierto modo nos tranquiliza, porque
ya sabemos cuál fue su destino final".
Primero de manera íntima, y luego junto a miles de personas que
espontáneamente decidieron expresar su admiración y respeto hacia el
joven, el homenaje tuvo lugar en el Palacio de la Ciudad de Pinar
del Río y contó con una guardia de honor a cargo de la compañía de
ceremonias del Ministerio del Interior (MININT).
En él estuvieron presentes familiares de Galañena Hernández
(cuyos restos fueron repatriados el año pasado y, al igual que los
de Cejas, se encontraban en un tanque metálico relleno de cemento),
las principales autoridades del territorio, así como altos oficiales
del MININT.
Para el abogado e investigador José Luis Méndez, representante
legal de las familias de Jesús y Crescencio, más allá del resultado
histórico, la principal satisfacción después de tan arduo trabajo,
está en el hecho de que ambos mártires hayan podido regresar al seno
familiar.
"Esta es una prueba de que la Revolución no olvida a ninguno de
sus hijos", apuntó.
Aunque las investigaciones se iniciaron inmediatamente después
del secuestro de nuestros diplomáticos por fuerzas represivas de la
dictadura que dominaba el país sudamericano en aquel momento, Méndez
señala que fue gracias a la política de derechos humanos iniciada
por el gobierno de Néstor Kirchner, y seguida por la presidenta
Cristina Fernández, que se pudo llevar a cabo la búsqueda en suelo
argentino.
El Héroe de la República de Cuba, René González Sheweret, rindió
también homenaje al joven mártir a nombre de sus cuatro hermanos y
los familiares de los Cinco.