El tope conseguido le sienta de maravillas tanto en lo
competitivo como en lo anímico, pues además de superar por diez
centímetros la marca mínima exigida por la IAAF y cumplir con la
requerida por la Federación Cubana, se sacudió de las secuelas
dejadas por la rotura de su pértiga durante los Juegos Olímpicos de
Londres 2012.
Si bien ese registro aún espera por la anuencia oficial del
organismo internacional —la competencia tuvo carácter de exhibición
por celebrarse en la calle—, también lo es el hecho de que el
capitalino dejó atrás los discretos 5,50, que ostentaba este 2013 en
Uberlamdia, Brasil, y Roma el pasado día 6.
El alemán y bronceado en la capital británica, Raphael Holzdeppe
(5,80), se alzó con el triunfo entre nueve garrochistas, en tanto el
bronce se lo agenció el ruso Sergei Kuczerjanu (5,65).
Borges, subcampeón del orbe en Daegu 2011 con récord personal de
5,90, se convirtió así en el atleta antillano número 14 que consigue
marca A para la cita universal moscovita y, a pesar de haber
manifestado su inconformidad con algunas cuestiones técnicas de sus
saltos, de seguro encarará con mayor optimismo sus sesiones en
Guadalajara, España, donde junto al resto de las principales figuras
del campo y pista antillano establece su base de entrenamiento.
Por esas coincidencias de la vida, justamente el 28 de junio del
2008 fue cuando por primera vez Borges rebasó los 5,70 metros,
altura que de ser homologada, lo colocaría en el escaño 12 del
ranking mundial, comandado por el francés Renaud Lavillenie
(5,95).
Y precisamente en función de acceder a cupos mundialistas
comenzaron desde ayer los Trials de Estados Unidos y Jamaica,
aunque algunos duelos no se darán, como el de Usain Bolt y Johan
Blake, (lesionado este último) y el de Shelly-Ann Fraser-Pryce vs.
Verónica Campbell, desenmascarada en otro caso de dopaje. Así, los
bólidos norteños Justin Gatlin y Tyson Gay se perfilan como el plato
fuerte de la velocidad.