Pero la historia dice otra cosa, sobre todo en los últimos cuatro
años. Repasemos juntos lo ocurrido desde la 49 Serie hasta hoy.
Después del éxito del Habana en la edición 48, apoyado en uno de
los mejores cuerpos de pitcheo de todos los tiempos en nuestro
béisbol, era de esperar que en la campaña siguiente los discípulos
del mentor Esteban Lombillo salieran al terreno en busca de repetir
lo conseguido un año antes. Sin embargo, no fue así.
Una selección con la cual nadie, o muy pocos, contaban, alejada
del podio en las dos campañas anteriores, batalló desde los inicios
y alcanzó el único boleto occidental en disputa el penúltimo día,
ganándole a Matanzas apretadamente, por la mínima.
De ahí en lo adelante, Industriales, con el otrora estelar
torpedero Germán Mesa como piloto, se empinó y dejó a los ya
extintos Vaqueros en el camino para, en una de las finales más
recordadas, llevarse el trofeo de campeones ante Villa Clara,
después de haber salido del Latino con el marcador 2-3. Doce meses
son más que suficientes para pasar del regocijo a la decepción. Los
aficionados azules sufrieron al ver a su equipo quedar en quinto
puesto del oeste, superados por una nueva potencia, Cienfuegos, y
una provincia con enorme tradición, Pinar del Río, esta última sin
poder escalar lo más alto del podio desde la 37 edición.
Bajo la dirección de Alfonso Urquiola, sin ningún pronóstico
favorable después de terminar cuartos en su zona, los pinareños
consiguieron entrar en los play off, donde desbancaron a los
cienfuegueros, ganadores de 59 partidos en la etapa clasificatoria,
y derrotaron cuatro veces a Ciego de Ávila, la última con Yosvani
Torres en el box.
Toda una sorpresa ver a los vueltabajeros campeones de la 50
Serie. En la temporada siguiente, otra vez un conjunto metido en
problemas sale airoso. Los subtitulares avileños pasaron muchos
apuros, al extremo de entrar últimos a la postemporada. Y por poco
caen en semifinales ante los Alazanes de Granma. Pero al final
sacaron las garras de Tigres, bajo el mando de Roger Machado,
vencieron dos veces a los Industriales en el Latino y completaron la
faena en el José Ramón Cepero, dándole a la provincia su primer
título.
Ahora la historia vuelve a repetirse. Todos recuerdan la cerrada
lucha por la clasificación entre avileños, capitalinos y
villaclareños, decidida en la última subserie a favor de los
Naranjas, quienes supieron imponerse luego al máximo ganador de la
lid en su etapa regular: Cienfuegos, con 56 triunfos.
Los doblegaron tres veces colgados del brazo de Freddy Asiel
Álvarez y en la disputa del cetro siempre dieron la impresión de
estar un paso por delante de los matanceros, que lucharon hasta el
último instante y se quedan con el premio de escalar al podio por
segunda ocasión consecutiva.
Una vez más se demuestra que la etiqueta de favorito pesa mucho y
esta vez, por ejemplo, Cienfuegos, de extraordinario desempeño, se
vio superado por unos villaclareños que sí supieron aprovechar la
ventaja que le daban los especialistas frente a los yumurinos para
llevarse el cetro 18 años después de su última conquista.
Nada, en terreno de play off se comienza a escribir la historia
desde cero y ser el primero de la etapa previa no necesariamente es
sinónimo de alzarse con el máximo galardón.