| 
          DíA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE 
			Cuestión de convivencia 
			Progresos en el manejo sostenible de la tierra, 
			el incremento de la superficie boscosa y el fortalecimiento del 
			sistema de áreas protegidas distinguen el quehacer de la provincia 
			de Sancti Spíritus, sede del acto nacional por el 5 de junio 
			
			Juan 
			Antonio Borrego 
			
			SANCTI SPÍRITUS.— Cuando sintió aquellos ronquidos bárbaros e 
			inesperados, Esperanza Molina no supuso ni por un segundo que el 
			artefacto metálico que la sobrevolaba estaba ayudando a reforestar 
			las lomas del Magüey, un sector de la reserva ecológica Alturas de 
			Banao, ubicado en el extremo más oriental de la sierra del Escambray. 
			
			
			
			 En 
			la península de Ancón se unen varias fuerzas para proteger la arena 
			y salvar el ecosistema. 
			
			El bombardeo de semillas desde un helicóptero en zonas de difícil 
			acceso, una de las acciones emprendidas para asegurar la prosperidad 
			natural de la región, que resguarda más de 1 000 especies de plantas 
			de diferentes géneros y familias con elevado endemismo, constituye 
			apenas una muestra de la responsabilidad con que se asume la 
			impostergable misión de proteger el medio ambiente en estos predios. 
			Las Alturas de Banao elevarán próximamente su categoría a Parque 
			Natural, un reconocimiento tácito a los relevantes aportes en 
			materia de conservación de la flora y la fauna del lugar, convertido 
			en los últimos tiempos en sitio de preferencia para el turismo 
			nacional y foráneo, cada día más deseoso de encontrar y disfrutar 
			las llamadas opciones descontaminadas. 
			Para Néstor Álvarez, experto en Gestión Ambiental en Sancti 
			Spíritus, lo conseguido, por ejemplo, en senderos como La Sabina, 
			una elevación de la propia reserva que se empina a más de 600 metros 
			sobre el nivel del mar, prueba que el hombre y el medio pueden 
			coexistir e incluso interactuar de manera amigable. 
			
			FUERA DE LA PROBETA 
			
			Especialistas y directivos del Ministerio de Ciencia, Tecnología 
			y Medio Ambiente (CITMA) de esta provincia asumen que la condición 
			de sede del acto nacional en ocasión del 5 de junio no les pertenece 
			exclusivamente a los representantes del sector, sino que significa 
			un reconocimiento al empeño y a los resultados de toda la sociedad 
			espirituana. 
			En el periodo se ejecutaron, en función del medio ambiente, 
			inversiones superiores a los 13,8 millones de pesos, 
			fundamentalmente dirigidas a la gestión de las aguas, a la 
			conservación y rehabilitación de los suelos y a la protección de la 
			biodiversidad y los paisajes. 
			
			
			
			 Rancho 
			Querete, en Yaguajay, un ejemplo de interacción del hombre con su 
			entorno. 
			
			A ello se suma la consecución de trabajos de mantenimiento 
			constructivo en sistemas de tratamiento de residuales y la 
			introducción de tecnologías de producción más limpias, sobre todo en 
			dependencias de los Ministerios de la Industria Alimentaria, la 
			Agricultura y el Interior, el Instituto Nacional de Recursos 
			Hidráulicos (INRH) y los Órganos Locales del Poder Popular. 
			Magalys Torres, directora de la Unidad de Medio Ambiente del 
			CITMA, está consciente del trecho que todavía debe recorrer la 
			entidad que representa para encauzar problemáticas comunes a 
			cualquier latitud, pero no deja de percibir los progresos en la 
			creación de polígonos demostrativos para el manejo sostenible de la 
			tierra, en el incremento de la superficie boscosa —no excluye la 
			necesidad de acelerar la reforestación en las franjas 
			hidrorreguladoras ni de conseguir un nivel de supervivencia más 
			efectivo— y en el fortalecimiento del sistema provincial de áreas 
			protegidas. 
			De notable impacto económico se considera el manejo en la 
			provincia de 586,4 toneladas de desechos peligrosos, 
			fundamentalmente lodos generados por los grupos electrógenos de 
			fuel oil, que se usan como combustible en diversas industrias de 
			materiales de la construcción. 
			La futura ejecución y puesta en marcha, en la fábrica de cemento 
			Siguaney, de una planta para la quema de los gases freones acopiados 
			durante el proceso de reconversión tecnológica de la refrigeración 
			en todo el país, se considera igualmente un paso trascendental a 
			favor del medio ambiente. 
			No menos importante resulta el proceso de reordenamiento 
			ambiental de la cuenca del río Zaza, la segunda más importante del 
			país, donde actualmente se instrumenta un novedoso sistema de 
			previsión hidrológica, apreciado como estratégico para la adopción 
			de decisiones y la reducción de impactos por inundaciones en la zona 
			sur de la provincia. 
			
			LA PENÍNSULA DE CRISTAL 
			
			De todos los ecosistemas que precisan proteger los espirituanos, 
			ninguno resulta tan vulnerable como la península de Ancón, una 
			lengua de tierra ubicada entre el mar Caribe y la bahía de Casilda, 
			que por sus bondades naturales soporta la mayor parte del desarrollo 
			turístico de la provincia espirituana. 
			Ancón hoy no padece males tan propagados en otras zonas costeras 
			del país como las construcciones ilegales o el vertimiento 
			indiscriminado de residuales, sin embargo, décadas atrás tampoco 
			salió ilesa de instalaciones sobre la duna, demoliciones mal 
			ejecutadas, robo de arena, deforestación o proliferación de plantas 
			invasoras. 
			Desterrar el marabú, la leucaena y las restantes especies 
			foráneas es el objetivo de un proyecto que sufraga el Fondo Mundial 
			de Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) a través del 
			Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), una 
			iniciativa que beneficia también a Topes de Collantes, el Valle de 
			los Ingenios y las arenas cuarcíticas de Casilda. 
			Simultáneamente unas 65 hectáreas, localizadas entre la playa La 
			Boca y el borde del hotel Trinidad del Mar están siendo repobladas 
			con especies autóctonas como la majaguilla, el brasilete, el 
			almácigo y la uva caleta, un empeño que según los expertos ya viene 
			reportando buenas noticias. 
			La mejor de todas, quizás, es la paulatina pero segura 
			recuperación de la barrera natural que ayuda a contrarrestar los 
			efectos de eventos extremos, evita la erosión y sobre todo "amarra" 
			la arena, un saldo que para muchos equivale a salvar la península.  |