A
la espera de unas tardías lluvias monzónicas, la India boquea bajo
una ola de calor que ya ha matado a más de 500 personas,
principalmente en el sur y este del país.
En todo el territorio nacional las temperaturas superan los 45
grados centígrado y la resequedad del aire es tal que agrieta la
piel y los labios, mientras en algunas zonas las tormentas de arena
contribuyen a configurar un ambiente asfixiante.
Aunque no se han ofrecido cifras oficiales sobre el número de
decesos a causa de las altas temperaturas, un alto funcionario del
Andhra Pradesh dijo que solo en ese sureño estado han muerto más de
500 personas.
El calor también se ha cobrado 62 vidas en el norteño territorio
de Uttar Pradesh y 35 en el noroccidental de Rajastán. Otros estados
también han reportado fallecidos, pero de modo irregular, lo que ha
impedido consolidar cifras regionales o a nivel de país.
En Nueva Delhi, la capital, un vecino del barrio de Vasant Kunj
dijo a Prensa Latina que el martes último, poco después del
mediodía, el termómetro que tiene instalado en su jardín marcó 48
grados.
Fuentes de los hospitales capitalinos, entretanto, indicaron que
están recibiendo a un número inusualmente alto de pacientes con
síntomas de deshidratación y problemas respiratorios, principalmente
ancianos y niños.
El Departamento de Meteorología pronosticó que las lluvias del
monzón aún tardarán unos días en entrar por el sureño estado de
Kerala e ir subiendo hacia el norte para llevar al resto del país un
relativo alivio a las altas temperaturas.
Las precipitaciones, empero, también traerán riesgos como la
proliferación de mosquitos y el surgimiento de enfermedades como el
dengue y las diarreas.