Bajo el lema Panafricanismo y Renacimiento Africano y
coincidiendo con el aniversario 50 de la fundación de la predecesora
Organización para la Unidad Africana (OUA), los jefes de Estado y
Gobierno del bloque se pronunciaron porque a la altura del año 2063
sus pueblos puedan disfrutar de un desarrollo regional próspero,
integrado, pacífico e inclusivo.
Se definió, además, un plan estratégico, que según el presidente
de la UA y primer ministro de Etiopía, Haile Mariam Dessalegn,
"permitirá a África prepararse para desempeñar un rol más dinámico a
escala continental y global".
Entre las prioridades de dicho documento figuran acelerar el
progreso hacia la integración económica y desarrollar la capacidad
humana con énfasis en salud, educación, ciencia, innovación y
tecnología. También debe darse un impulso al sector de la
agricultura y el procesamiento agrícola, al tiempo que se impone
favorecer la industrialización, el desarrollo de infraestructuras,
el comercio y la inversión.
Pero lo primero que hay que garantizar —agrega Dessalegn— es un
ambiente de estabilidad y buena gobernabilidad en África, que
lamentablemente todavía no ha podido concretarse en un ciento por
ciento.
"Los problemas más graves de África son consecuencia de tantos
años de colonialismo europeo y la arbitraria división de fronteras
que nos impusieron", comentó a Granma el embajador de la
República Árabe Saharaui Democrática en Cuba, Malainine Etkana.
"Casi todos los conflictos étnico-religiosos que se viven hoy en
nuestro continente tienen que ver con esa herencia", acotó el
diplomático.
Asimismo, el embajador de Sudáfrica, Naphtal Manana, explicó a
esta reportera que los países africanos tienen que consolidar aún
más su unión y crear mecanismos que les permitan resolver sus
propios problemas, sin necesidad de acudir a la potencia que antes
los dominaba.
"Cuando un país africano es intervenido por una fuerza
extranjera, casi siempre se agudizan los problemas internos que este
tenía", subrayó.
Por tal motivo, una de las decisiones más importantes de la cita
panafricana fue el anuncio de que se conformaría un contingente
militar continental capaz de actuar en situaciones de emergencia. La
llamada Fuerza Africana de Reserva (ASF, por sus siglas en inglés)
podría estar lista antes de concluir este 2013.
"Lamentablemente, tras el conflicto en Libia mucho armamento fue
a parar a manos de grupos terroristas radicales —que todavía no se
tiene claro de dónde proceden—, y eso ha generado inestabilidad en
Malí y todo el norte de África", argumentó Etkana.
"No podemos seguir toda la vida dependiendo de la ayuda de
"amigos extranjeros", agregó Manana.
Igualmente "los africanos tenemos que lograr la emancipación
socioeconómica, y que nuestros productos sean producidos y
comercializados en nuestro propio continente", opinó el embajador
etíope, Bogale Tolessa Maru, para quien la transformación de la OUA
en UA les ha permitido "responder mejor a este desafío".
En otro momento de la Cumbre, la UA concedió un peso
significativo a la diáspora africana, particularmente en el Caribe y
Latinoamérica.
"Los afrodescendientes también deben participar en el proyecto
para el 2063", señaló Manana al sugerir un mayor acercamiento entre
la UA y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
"Cuando hablamos de la diáspora, hablamos de países caribeños
como Cuba, a la cual consideramos como una nación hermana", dijo.
"Nunca olvidaremos su contribución en las luchas africanas por la
liberación. Tampoco dejaremos de exigir al gobierno de Estados
Unidos que levante el bloqueo económico que le impone a Cuba desde
hace más de 50 años".