A la presencia de la cultura haitiana en nuestro país se refirió
la investigadora Maritza Donatién en su conferencia, impartida en la
Casa del Alba Cultural, a propósito de la Semana de la Cultura de la
nación caribeña, que desde el pasado lunes se celebra en ese centro
capitalino.
Partiendo de que mucho hay de Haití por derecho propio en la
historia de América Latina y el Caribe, y tocando, entre otros
elementos, el papel de la industria azucarera cubana, en la primera
década del siglo XX, cuya mano de obra fue cubierta por un número
considerable de emigrantes haitianos, comenzó su intervención
Donatién, representante de la Comunidad Haitiana en Cuba.
La transformación radical del panorama de la emigración haitiana
y sus descendientes, cambiada para bien por el triunfo
revolucionario de 1959, así como el fortalecimiento de los vínculos
culturales por medio de la música, el baile, el canto y la religión
de ese grupo étnico, fueron tenidos en cuenta por la ponente, quien
citó agrupaciones artísticas actuales de saludable presencia en
nuestro entorno como PitíDancé y su aporte a la comarca en el
asentamiento de San Germán y su evento anual Ceremonia de Bwa Kayman;
el festival Eva Gaspar in memóriam, en Ciego de Ávila; el
grupo vocal Desandann y el portador Caidije, ambos en Camagüey, y
las Tumbas francesas, asentadas en las montañas de Guantánamo,
Santiago de Cuba y Sagua de Tánamo, en Holguín.