Dañar la telefonía, un acto censurable

Es Villa Clara uno de los territorios más perjudicados por esa manifestación de indisciplina

Freddy Pérez Cabrera

Más allá del daño económico provocado, el principal perjudicado con los actos deplorables protagonizados por algunos elementos contra la telefonía pública es el pueblo, que se ve imposibilitado de realizar llamadas a sus familiares o resolver por esa vía determinada situación que lo aqueje.

De ahí la necesidad de enfrentar entre todos y de manera resuelta esta conducta, causante, en los dos últimos años y lo que va del 2013, de la destrucción de 75 aparatos en Villa Clara, uno de los cinco territorios del país más afectados por esa manifestación de indisciplina social.

De acuerdo con la explicación de Gustavo Montesinos Reyes, director de ETECSA en la provincia, las principales tropelías cometidas por los malhechores son el robo de las cápsulas transmisoras y receptoras, además de los microteléfonos, con lo cual se impide la comunicación.

Otras de las agresiones más reportadas, según el especialista, son las obstrucciones del canal en los teléfonos monederos con la introducción de objetos extraños, daños a las cabinas de acrílico y el hurto de los brazos.

"Para tener una idea de los perjuicios causados por el canibalismo en la red telefónica, baste decir que solo en el 2012 se produjeron 260 hechos a lo largo del país, lo cual significó un costo a la economía nacional de más de 20 mil dólares", explica el funcionario.

Expresa, además, que por cada teléfono roto el Estado deja de recaudar alrededor de 500 pesos al mes; no obstante, lo más significativo es la cantidad de personas que no pueden beneficiarse de este servicio en escuelas, hospitales y otros lugares escogidos para situar el aparato.

De quÉ vale invertir si no cuidamos lo que tenemos

Solo en el 2012 el Estado, en su afán de continuar mejorando las comunicaciones, sustituyó a lo largo del país unas mil 200 estaciones públicas obsoletas por otras más modernas, además de la instalación de unas 4 120 estaciones monederas, con lo cual se renovó parte de los equipos más usados por la población.

Entre las zonas más beneficiadas figuran lugares apartados, u otros que por su importancia económica o social lo merecían. Sin embargo, cabría preguntarse de qué vale este esfuerzo si esos equipos no son cuidados como es debido por la comunidad, las administraciones de las instalaciones o los propios usuarios.

En ese sentido, el director de ETECSA en Villa Clara señala que en estos momentos se incrementan las medidas de enfrentamiento, así como el control, supervisión y coordinación con los actores de la comunidad, a fin de disminuir esas manifestaciones de indolencia.

"Ahora realizamos un análisis más riguroso de los lugares donde vamos a situar los equipos, en busca del compromiso de las entidades y personas beneficiadas en su cuidado. Asimismo, se ha procedido a reubicar algunos teléfonos, emplazándolos en lugares donde pueda ejercerse un mayor control", señala el directivo.

Menciona también la ejecución de barrios debates en aquellas zonas donde han ocurrido hechos delictivos de este tipo, y en otros espacios donde se actúa de manera profiláctica. De igual manera, los especialistas de ETECSA han participado en asambleas estudiantiles y rendiciones de cuenta del delegado a sus electores, para hacer conciencia de la necesidad de cuidar ese servicio.

No obstante, a pesar de estas acciones, el especialista reconoce que sin la acción mancomunada de ETECSA, el delegado, la escuela, la familia y las organizaciones políticas y de masas de la comunidad, unida a la acción represiva contra tales hechos, poco podrá lograrse.

 

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