ESTOCOLMO,
23 de mayo.— La capital sueca vivió entre el miércoles y el jueves
la cuarta noche consecutiva de disturbios en 15 distritos
periféricos, que están transformándose en una protesta contra la
crisis económica y la desocupación, además de la falta de
integración de los inmigrantes.
Según ANSA, cientos de jóvenes de varios barrios incendiaron
anoche autos estacionados, se enfrentaron a las autoridades con
piedras y rompieron vidrios de ventanas.
En Ragsved, en la zona sur de la ciudad, dieron fuego a una
estación de policía, pero no se informó si hubo personas heridas,
mientras que en Hagsatra fue atacada una patrulla policial y un
agente fue herido de gravedad. También en esa zona, en Skogas, un
restaurante fue incendiado.
Asimismo hubo disturbios en Husby, en el norte, donde se inició
la protesta el domingo último, tras la muerte, la semana pasada, de
un inmigrante discapacitado de 69 años a manos de la policía.
Estos episodios avalan la alarma lanzada por las autoridades
suecas sobre una posible extensión de los disturbios.
La asociación Megafon, que trabaja con grupos de jóvenes
inmigrantes en la zona, ha vinculado las protestas con el racismo y
con la sensación de abandono que se vive en este y en otros barrios,
con índices de paro juvenil que rondan el 20 %.