El derrumbe del techo de una fábrica de calzado de Camboya dejó
al menos dos muertos, un nuevo drama de la industria textil asiática
tres semanas después de la muerte de más de 1.000 obreros en
Bangladesh.
Los soldados y los equipos de rescate acudieron al lugar para
retirar los escombros. "Dos trabajadores, un hombre y una mujer,
murieron, y otros seis resultaron heridos. Todavía no podemos decir
si hay personas atrapadas entre los escombros", dijo a la AFP Khem
Pannara, el jefe de la policía de la provincia de Kampong Speu, al
sur del país.
Uno de los trabajadores de la fábrica de calzados, que se
identificó como Sokny, de 29 años, dijo que el derrumbe ocurrió de
pronto en medio de la jornada laboral. "Todos los días hay más de
100 personas trabajando en esa área, pero no sé cuántas estaban allí
esta mañana. Estoy asustado y no puedo parar de llorar. Vi mucha
sangre entre los escombros", dijo.
La policía indicó que el propietario de la fábrica, situada a 50
km al sur de Phnom Penh, estaba siendo interrogado. Según Say Sokny,
un responsable del sindicato Free Trade Union, el taller "Wing Star
Shoes" pertenece a un taiwanés y provee a la marca de accesorios de
deporte japonesa Asics. Camboya exportó el año pasado productos
textiles y calzados por valor de 4.600 millones de dólares, una suma
enorme para un país que pone en marcha poco a poco su economía tras
varias décadas de guerra civil.
Unos 650.000 obreros trabajan en el sector, de los cuales unos
400.000 para las empresas exportadoras. Las huelgas y las
manifestaciones contra las duras condiciones de trabajo son
frecuentes. En una de esas protestas, en febrero de 2012, un hombre
armado disparó contra los trabajadores en huelga en la fábrica de
Kaoway Sports (proveedor de Puma) y dejó tres mujeres heridas. El
incidente llevó a Puma y otras grandes marcas a expresar su "enorme
preocupación" por lo ocurrido y a pedir una investigación.
En los últimos años también han sido frecuentes los desmayos
colectivos de trabajadores, un fenómeno atribuido según los
sindicatos al agotamiento, la escasa alimentación y la mala
ventilación de los talleres. Después de varios meses de protestas,
el sueldo mínimo de los centenares de miles de trabajadores que
producen tejidos y prendas para gigantes de la industria textil como
el estadounidense Levi Strauss o el sueco H&M pasaron de 61 a 75
dólares.
"Los talleres camboyanos no respetan los criterios
internacionales de seguridad", afirmó el jueves a la AFP Rong Chhun,
presidente de la Confederación de Sindicatos de Camboya. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT), que inspecciona
regularmente los talleres del país, pide desde hace varios meses un
nuevo acuerdo sectorial entre el gobierno, los sindicatos y los
empresarios.
El mes pasado un edificio de nueve pisos que albergaba fábricas
textiles se desplomó en Bangladesh provocando la muerte de 1.127
personas, una tragedia que generó intensa preocupación en todos los
países asiáticos sobre las condiciones de seguridad en los lugares
de trabajo.
El desastre de Bangladesh llevó a numerosas e influyentes marcas
del sector textil a pedir más seguridad para los obreros en las
fábricas en los países de la región. H&M y la también la española
Inditex tomaron la iniciativa de firmar un acuerdo para mejorar la
seguridad contra incendios en las fábricas para evitar futuros
desastres, y otras marcas como Benetton, Carrefour y Marks & Spencer
también se sumaron
.