Un asteroide nueve veces más grande que un transatlántico realizará
su máxima aproximación a la Tierra el próximo 31 de mayo.
La roca espacial no supone peligro alguno, pues volará a una
distancia de 5,8 millones de kilómetros del cuarto planeta del
Sistema Solar, precisaron astrónomos del Laboratorio de Propulsión a
Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California.
"El acercamiento de un asteroide constituye una oportunidad
científica para estudiarlo en detalle y entender su tamaño, forma,
rotación y superficie", explicó Lanza Benner, investigador principal
del radar Goldstone en el JPL.