En presencia del cuerpo diplomático acreditado en La Habana, de
funcionarios, profesores y estudiantes del ISRI, la viceministra de
Relaciones Exteriores, Ana Teresita González Fraga, y la embajadora
serbia, Marina Perovic Petrovic, abrieron al público la exposición
compuesta por textos y fotos pertenecientes al Archivo del MINREX.
Aunque lejanas geográficamente, Cuba y Serbia establecieron
relaciones diplomáticas formales en la década del cuarenta del siglo
XX, las cuales experimentaron un notable impulso tras el triunfo de
la Revolución y la visita a Belgrado del líder cubano Fidel Castro
en 1976.
De acuerdo con la embajadora de la nación europea, entre nuestros
pueblos siempre ha existido afinidad, tal como lo demuestran los
nexos existentes en las esferas del deporte, la cultura y las
ciencias. No obstante, opinó, estos podrían ampliarse a lo comercial
y económico pues existe un tremendo potencial.
Nuestros gobiernos comparten puntos de vista sobre muchos temas
de la agenda política internacional y la aspiración de que logremos
construir un mundo más justo y equitativo, un mundo multipolar,
apuntó Perovic, tras reafirmar el rechazo de su país al bloqueo
impuesto por Estados Unidos a la Isla hace más de 50 años.
En otro momento de la jornada, el profesor serbio Slobodan
Pajovic, de la Universidad de Megatrend, impartió una conferencia
titulada Cuba-Serbia: 70 años de relaciones ininterrumpidas,
en la que explicó el proceso de establecimiento de nuestros vínculos
bilaterales y su posterior desarrollo.
La Habana y Belgrado establecieron relaciones diplomáticas el 30
de agosto de 1943, cuando Serbia pertenecía al Reino de Yugoslavia.
No fue hasta 1960 que ambos países acreditaron a sus embajadores
residentes. Después de 1963 y hasta su desintegración a comienzos de
la década de 1990, la nación balcánica llevó el nombre de República
Federal Socialista de Yugoslavia.