Recetas contra la sequía

RONALD SUÁREZ RIVAS

PINAR DEL RÍO.— Ajeno a la sequía que desde hace meses se extiende sobre esta provincia, el ganado de Juan José Cordero se adentra en la primavera sin el desgaste físico que en muchos otros sitios ha dejado la falta de pastos.

Foto del autorGracias a esta estrategia es posible atenuar el impacto de la sequía y estabilizar la producción durante todo el año.

Por ello, con los 18 nacimientos registrados de enero a la fecha, y otros 14 que según sus cálculos sobrevendrán antes de diciembre, este joven campesino espera mantener en el 2013, el aumento sostenido en la producción de leche que desde su inicio en la actividad, hace ocho años, ha venido logrando.

En total serían 17 mil 800 litros, una cifra notablemente superior a los 9 870 obtenidos en el 2012, cuando también alcanzó un resultado mayor al del año precedente (7 600 litros).

Cuenta que decidió incursionar en la ganadería con el objetivo de diversificar producciones, que hasta ese entonces se habían limitado al cultivo de tabaco y algunas viandas.

Empezó desde abajo, con pocos animales y solicitando tierras en usufructo, pero la estrategia seguida para asegurar la alimentación de la masa, le ha permitido crecer con rapidez.

"En la actualidad, uno de los principales obstáculos para el desarrollo ganadero está en la disponibilidad de alimentos, sin embargo, en esta finca eso no constituye un problema", asegura Juan José.

"Tenemos sembrados varios tipos de pastos como caña, pangola, morera y kingras, y pretendemos seguir incorporando nuevas áreas.

"Unido a esto, tratamos de obtener la mayor cantidad de hierba posible durante la primavera, para convertirla en heno, y guardarla para la época de sequía".

El procedimiento es sencillo. Primero se corta la hierba y se seca al sol, virándola varias veces durante dos o tres días. Luego se hacen pacas y se almacenan. De esa manera es posible conservarla durante meses.

"Por otra parte, recopilo los residuos de las cosechas de toda esta zona, y también los aprovecho", añade Juan José.

"La mayoría de los campesinos no le ven utilidad alguna a las matas de maíz, las vainas de los frijoles, los bejucos de boniato, sin saber que todo eso constituye alimento animal. Solo hay que molerlo junto a la caña o el kingras, y el ganado se lo come perfectamente".

Gracias a esta acertada estrategia, Juan José ha podido emprender al mismo tiempo la ceba de toros, la producción de leche y la cría de caballos. "Al principio, fomentar pastos no me parecía una necesidad, pero a medida que fue aumentando la masa, empecé a sentir la presión de hacerlo".

Así surgió esta experiencia mediante la cual hoy se sostienen más de cien animales, entre vacunos y equinos.

Se trata de una iniciativa que le ha ayudado a atenuar el impacto del clima sobre el rebaño y a estabilizar la producción durante todo el año.

"Si no aseguramos la comida del ganado, cuando llega la seca, disminuyen todos los indicadores", advierte.

Los efectos van más allá de los meses en que cesan las lluvias. "Una insuficiente alimentación, afecta los índices de reproducción, y si no hay nuevos nacimientos, tampoco habrá leche en el futuro".

A pesar de haberse graduado de Telecomunicaciones en la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca de Pinar del Río, Juan José confiesa que en el laboreo en el campo está su verdadera vocación. Por eso, tras concluir el servicio social, hace 12 años, solicitó un primer pedazo de tierra en usufructo cercano a su casa (en la zona de Río Hondo, municipio de Consolación del Sur), que luego seguiría ampliando hasta completar las 33 hectáreas.

No obstante, de su formación como ingeniero conserva intacto el hábito de estudiar, algo que le ha permitido aprender la forma de mejorar genéticamente el ganado, enriquecer el suelo y resistir los periodos de sequía que se suceden año tras año, dejando serias secuelas donde no se toman precauciones a tiempo.

 

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