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Otra reina busca el trono
Ortelio González Martínez
Tenía razón William Almaguer Escobar: "Habrá que esperar varios
años para recuperar la producción de piña". Lo dijo hace 15 años con
sapiencia guajira y con el don de científico rural, una categoría
que no es académica, pero que él obtuvo a fuerza de voluntad y de
permanecer cuatro décadas entre los sembrados más famosos de Cuba,
en la llanura del centro-sur de la provincia de Ciego de Ávila.
Reynaldo
muestra la manera en que hacen los drenajes para que no se encharque
el agua.
Ahora puede decirse que la reina de las frutas emprendió el
camino de la recuperación, con crecimientos en las últimas cosechas
luego de que la producción disminuyera de 30 mil 231 toneladas
(cifra récord), en el año 1991, a solo 207 en el 2007, la más baja
de su historia.
Los tiempos difíciles hicieron mella en ese cultivo, entre los
más exigentes de la campiña cubana en cuanto a las atenciones
culturales que reclama. También se unieron los problemas
organizativos, el déficit de la fuerza laboral que emigró hacia
otras empresas y la falta de posturas.
En aquellos momentos se pensó que la biotecnología en el
territorio solucionaría esta última dificultad y daría un vuelco
rápido y definitivo al panorama, con la producción masiva de
vitroplantas, algo que todavía no se ha materializado pese a los
reiterados esfuerzos por parte de los científicos del centro de
bioplantas avileño, institución que aún no ha podido dar respuesta
al programa de recuperación.
Ante esa realidad, los cosecheros se vieron obligados a traer de
otras provincias hijos de Española roja, algo que nadie hubiera
imaginado y, mucho menos, que importaran desde un país
centroamericano clones de MD-2, al parecer la piña destinada a
imperar en los campos avileños.
NUEVA
VARIEDAD DE PIÑA Y OTRA MENTALIDAD
En el rescate de "la reina" tuvo que intervenir la Empresa
Agroindustrial de Ceballos, una de las mejores entre las de su tipo
en la provincia, con sobradas razones y arcas, para encarar la
transformación.
"Si no hubiera sido por ella, no quedara una sola mata de piña en
estos campos", precisa Julián Goris Aguilera, el sembrador más
reconocido en la zona piñera de la provincia, donde se expande la
MD-2.
Plantas
de la nueva variedad, nacidas en Cuba, pueblan los campos en
desarrollo.
Sin embargo, el director de la entidad agroindustrial, Nelson Paz
Fernández, con más de 40 años de experiencia en el sector agrícola,
prefiere hablar de nuevas estrategias, lideradas por un programa de
desarrollo bien concebido, iniciado en el 2008 y en el cual también
interviene la máxima dirección del Partido y del Gobierno en Ciego
de Ávila.
"Hoy tenemos más de 400 hectáreas y pretendemos llegar a las 2
000 en el 2018, un reto que estamos en condiciones de cumplir, con
la diversificación de los productores, que suman más de 90 en 23
Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) en casi todos los
municipios.
"La llegada de esta nueva variedad de MD-2, llamada también reina
de oro, abrió otros horizontes, incluso, permitió elevar la
producción a más de 3 600 toneladas en el 2012, la mayor cifra de
los últimos nueve años, y exportar las primeras 400 toneladas, algo
que no ocurría desde hacía más de medio siglo".
Reynaldo de Ávila Guerra, jefe de la brigada de producción de
piña, explica que esa variedad, mucho más demandada en el mercado
nacional e internacional, también contribuyó al rescate de la
disciplina en los campos, algo que se había perdido.
"El cultivo es muy exigente, desde la preparación de tierra hasta
la cosecha. Hemos rescatado la subsolación para mejorar el drenaje,
y la nivelación de los terrenos con land plane, además del
correcto empleo del fertilizante, del riego, los pesticidas y
herbicidas a las 57 hectáreas que tenemos en diferentes fases".
Criterios cosechados a punto de mediodía, mientras el grupo de
hombres sembraba nuevas áreas, validan la realidad de la
recuperación.
"Si no hubo piña no fue porque nosotros dejáramos de plantarla",
reafirma Goris, quien lleva 22 años en el oficio. La misma idea
comparte Eliécer Núñez Estrada —diez años en la actividad. Ambos
coinciden en que sembrar un surco por "dos pesos, como sucedía
antes, no es lo mismo que hacerlo por 15, que es lo que ganamos
ahora, pero ni en los peores momentos abandonamos la actividad",
sonríen mientras se alejan encorvados, a golpe de piocha.
"Esas que usted ve ahí son hijas de nuestros propios piñales de
MD-2, que en algunas áreas han llegado a rendimientos de hasta 107
toneladas por hectárea, superior al de la Española roja, que jamás
sobrepasó en estas tierras las 25 toneladas.
"En los inicios importamos un millón 700 mil 000 posturas, pero
no hemos tenido necesidad de volver a hacerlo", aclara Reynaldo,
quien asegura que en ese imperio de trabajo tienen el mismo valor
Goris, el sembrador; Osmey, el especialista en agrotecnia, que
Osmara o Misnelys, quienes se encargan de cubrir la retaguardia en
el comedor. "Todos tienen su labor bien definida", afirma.
LA
tradición DE LA ESPAÑOLA ROJA
Todavía la Española roja lidera, con 368 hectáreas, la carrera
hacia la recuperación, pero en unos años cederá el primado a su
similar MD-2. No obstante, varios campesinos prefieren cultivar la
primera por su rusticidad y porque la conocen al dedillo.
"La MD-2 es un enigma", afirma Ovidio Hernánez Amador (Billito),
de la CCS José Luis Tasende, en el municipio de Florencia. Él fue
uno de los que desde el primer momento se integraron al programa de
desarrollo de esta fruta.
"Tengo cuatro hectáreas de Española roja, bien atendidas, con
aguacate intercalado. El quintal me lo pagan a 110 pesos y hasta
ahora me va bien. La Empresa ha sido muy respetuosa con los
contratos y me pagan en tiempo, que es lo más importante, además de
que puedo contar con la ayuda de sus técnicos, en caso de necesidad.
Otro de los buenos cosecheros es Roberto Rodríguez, en la zona de
Gaspar. También pionero en el movimiento, conserva piñales a los
cuales les ha sacado diez cosechas y mantienen buen rendimiento.
Lo cierto es que todos los que conocen las bondades productivas
de la MD-2 aceptan su ley y comienzan a propagarla por la geografía
avileña, en busca de un lugar que los especialistas dan por seguro,
al menos, mientras la Empresa Agroindustrial de Ceballos siga siendo
la emperatriz que ayude a esta reina a llegar al trono. |