NUEVA YORK. — Bolivia reclamó hoy en Naciones Unidas el fin del
perverso patrón de consumo existente y avanzar hacia una
distribución justa de los bienes y recursos para evitar un desastre
ambiental y el colapso de la especie humana.
Hay
que acabar con la retórica sobre la necesidad de vivir en armonía
con la naturaleza y acometer acciones concretas, insistió el
ministro boliviano de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, al
hablar en una sesión por el Día Internacional de la Madre Tierra.
"Es fácil hablar de armonía con la Madre Tierra para aquellos que
tienen qué comer todos los días, luz, agua que beber, salud y
educación", indicó.
El titular alertó sobre las consecuencias del actual modelo de
producción y consumo "que está destruyendo completamente la
estructura de la vida. Me refiero al sistema capitalista".
La llamada economía verde es parte del colonialismo del Siglo XXI
para que los del Sur sigamos siendo pobres, aseguró.
Al respecto, instó a estudiar los asuntos económicos envueltos en
la cuestión del desarrollo sostenible y a establecer fundamentos más
equitativos en las relaciones entre los seres humanos y la madre
naturaleza.
Afirmó que "las crisis se alimentan unas a otras" y enumeró las
existentes en los sectores financiero, del cambio climático, agua,
energía, alimentos y de las políticas macroeconómicas.
Y subrayó que "una vez más la gente pobre pagó el costo más alto
de una crisis generada por el capitalismo, un sistema en el cual
siempre hay pocos que ganan y muchos que pierden y donde la Madre
Tierra siempre es perdedora".
Arce explicó aspectos de la práctica del Buen Vivir, como una
forma civilizada y armoniosa con la naturaleza y alternativa al
capitalismo.
Se trata de producir lo necesario para vivir y no para una
acumulación masiva, puntualizó al demandar el fin de la "explotación
de hombre por el hombre y de la naturaleza por el hombre".
Asimismo, abogó por un modo limpio de desarrollo, pero subrayó
que muchos países no pueden pagar por ese empeño.
Por eso demandó a los países desarrollados que cumplan sus
responsabilidades y transfieran las tecnologías modernas necesarias
a costos reducidos. Al mismo tiempo, rechazó "las nuevas teorías del
liberalismo de las corporaciones transnacionales, canalizadas a
través de algunas organizaciones internacionales que también nos han
fallado".