Cuba en el mundo

Desde Haití

La historia que se repite una y otra vez

Leandro Maceo Leyva, enviado especial

Un paisaje montañoso que duele por la deforestación. Nativos montando o acompañando los pasos de sus mulos. Madres, abuelas y niñas con grandes pesos sobre sus cabezas, lavando la ropa en los pasos de ríos o trabajando la tierra. Médicos cubanos llevando sus servicios hasta los parajes más intrincados de la geografía haitiana, pesquisando, repartiendo las conocidas y necesarias tabletas de aquatab... Nace un intercambio que desafía, incluso, las barreras idiomáticas entre cubanos y haitianos, para que reine un solo idioma: la hermandad. La historia que se repite una y otra vez.

Foto del autorLos médicos cubanos sostienen una amena charla con niños haitianos, mientras les reparten las tabletas de aquatab.

Era el esperado escenario, después de un viaje que comenzó poco después de las 6:00 p.m. en Puerto Príncipe, para, luego de sortear los habituales caminos de difícil acceso, llegar al caserío de Soranje, en la comuna de Cornillón, perteneciente al departamento Centro.

La causa de que los cubanos lleguen hasta allí es la necesidad de prevenir enfermedades en la población, evitar que esta consuma agua e ingiera alimento alguno en condiciones inadecuadas y brindarle educación sanitaria a través de charlas.

Por lo que se aprecia, los haitianos conocen del cólera y de las bondades del aquatab que les llevan los médicos cubanos. Todos acuden a la llegada y, aun cuando la mayoría es consciente del porqué de su presencia, no faltan quienes muestran asombro. Y así comienza una aventura insospechada, como la de esta mañana en que un grupo de niños, llenos de inocencia, despidieron a los cooperantes con bailes y sonrisas.

Aunque no todos los rostros sean conocidos, su condición de médicos cubanos los convierte en bienvenidos. Se aprecia una aceptación e identificación mágica, una lógica reacción que emana del agradecimiento al ejercicio cotidiano de regalar salud.

Gracias a las constantes visitas, estas poblaciones han adquirido cultura de cómo prevenir el cólera y las enfermedades diarreicas en general, así como a tratarse mediante el uso de sales de rehidratación oral y tomar agua tratada, ante la carencia de medios para hervirla.

"El agua que toman los pobladores es recolectada a cielo abierto, ya sea de la que cae durante la lluvia o la que brota del manantial, ambas expuestas a cualquier enfermedad y sin presentar garantías de salubridad alguna", asegura el epidemiólogo Vladimir Carmona.

"Es una población a la cual se le dificulta llegar hasta donde nosotros les podemos dar los servicios primarios de salud, de ahí la importancia de visitas como esta, para acercarles la necesaria atención", agrega.

A pesar de ser esta una zona donde han sido reportados casos de cólera en los últimos meses, principal móvil para los cubanos, estos pretenden una cruzada no solo contra esta enfermedad, sino para hacer frente a cualquier padecimiento diarreico y parasitario, muy comunes entre la población haitiana. Mientras persistan inadecuados hábitos y condiciones higiénico-sanitarias junto a una poca cultura comunitaria, le restarán a la brigada aún muchos viajes hacia las montañas.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir