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          Central Batalla de Las Guásimas 
			Para no morir en la orilla 
			
			Miguel 
			Febles Hernández 
			
			No hay en el central Batalla de las Guásimas un trabajador que 
			desconozca la tremenda responsabilidad que pesa sobre sus hombros: 
			alrededor del 40 % del azúcar que se producirá en la provincia de 
			Camagüey en la presente campaña debe salir de esa industria. 
			
			
			 “Aquí 
			toda la materia prima que llega se muele. Lo que hace falta es 
			mantener siempre lleno el basculador”, asegura Luis García Zapata, 
			operador de molino.  
			
			El primero en asimilarlo es Félix Aparicio Zorrilla, director de 
			la unidad empresarial, quien lleva a punta de lápiz, turno a turno y 
			jornada a jornada, los resultados productivos del ingenio y el 
			comportamiento de los principales indicadores de eficiencia. 
			"Una buena reparación, entrar en zafra temprano y el excelente 
			desempeño de la maquinaria, informa Félix, han hecho posible que a 
			estas alturas hayamos producido más de tres mil toneladas de azúcar 
			por encima del plan previsto para la fecha". 
			
			
			 Yoleixis 
			y Félix, dos de los operarios de la planta eléctrica, velan por la 
			eficiencia energética del central 
			
			Lo importante, subraya el directivo, es que ha habido estabilidad 
			en el proceso fabril: si bien existen reservas para avanzar mucho 
			más, se muele sobre la norma potencial planificada y se logra un 
			rendimiento industrial favorable. 
			"Al hacerse más azúcar con menos caña, comenta, se reduce el 
			costo de la tonelada (el 80 % del mismo corresponde a la materia 
			prima) y los dividendos económicos son palpables, pues cerramos 
			marzo con cerca de diez millones de pesos de utilidades". 
			Pero como los resultados de un ingenio lo conforman muchos 
			poquitos, Félix Aparicio insiste en la necesidad de estabilizar en 
			el tiempo que resta de zafra el abasto de caña fresca a la industria 
			y reducir los índices de caña atrasada y quemada. 
			"Batalla está en condiciones, y así lo estamos discutiendo con 
			los pelotones, de moler todos los días entre el 75 % y el 80 % de la 
			norma potencial para no enredarnos en abril, que es muy lluvioso en 
			el sur de la provincia, y cumplir el plan a mediados de mes". 
			
			NO CEDER LA VENTAJA LOGRADA 
			
			Lo dicho por el director es refrendado también por dos fundadores 
			del central, quienes en alrededor de tres décadas han pasado allí 
			"las buenas y las malas", razón que les permite sentirse optimistas, 
			aunque no confiados, en que todo saldrá como esperan. 
			Buena parte de esa responsabilidad recae en Orestes Sastre Ruiz, 
			jefe del área de fabricación: 
			"La zafra marcha bien, sobre todo por la eficiencia: el 
			rendimiento fabril, las pérdidas de las mieles finales, la calidad 
			del azúcar... Si se garantiza la caña, la producción va por 
			nosotros. Lo importante es no ceder la ventaja que le llevamos al 
			plan". 
			Otro que trabaja "para no morir en la orilla", como les ocurrió 
			en campañas anteriores, es Leopoldo Jackson Peña, jefe del turno 
			integral número tres: 
			"A través del tiempo, el ingenio ha ido consolidando un estilo de 
			trabajo: hay mejor organización, la industria se prepara y se cuenta 
			con una fuerza estable que sabe lo que tiene que hacer. Hace tres 
			años que de mi turno no se va ningún operario". 
			
			MOTIVACIÓN = RESULTADOS 
			
			En el Central Batalla de las Guásimas existe una fórmula básica 
			que todos manejan a la perfección: mientras más azúcar se produzca y 
			se haga con la mayor calidad, más salario percibe cada obrero, 
			incluida la correspondiente estimulación en divisa. 
			"Trabajamos fuerte, pero ganamos buen dinero. La quincena nos 
			sale en alrededor de mil pesos. La gente está motivada y se ven los 
			resultados, pues mejora el ingenio y nos beneficiamos nosotros 
			también", explica el operario Ulícer Gómez Oduardo. 
			Similar criterio comparte Luis García Zapata, veterano operador 
			de molino: "Lo importante es no pararnos de manera injustificada. 
			Aquí toda la materia prima que llega se muele. Lo que hace falta es 
			mantener siempre lleno el basculador". 
			Igualmente motivados están los operadores de la planta eléctrica. 
			Yoleixis Agramonte Cossío refiere cómo el central apenas consume el 
			30 % del plan de electricidad y, en cambio, entrega al Sistema 
			Electroenergético Nacional más de seis mil Megawatts-hora. 
			En la búsqueda de la diversificación productiva, el ingenio 
			cuenta, además, con una planta que ha procesado 4 mil 346 toneladas 
			de una mezcla de miel, urea y bagacillo para el ganado vacuno, y 
			prevé el montaje de otras dos destinadas a la elaboración de bloques 
			multinutricionales y alimento ensilado para los cerdos. 
			
			EL CAÑAVERAL TIENE LA ÚLTIMA PALABRA 
			
			Durante el recorrido de Granma por la industria, no pocos 
			obreros insistieron en la necesidad de garantizar un suministro 
			estable de caña para no perjudicar el buen desempeño fabril, 
			inquietud que aclara Pedro González Montesinos, jefe del centro de 
			dirección de la cosecha: 
			"A pesar de algunos baches, en sentido general las fuerzas de 
			corte han respondido, razón por la cual hay producidas más de tres 
			mil toneladas por encima del plan. Ahí está también el esfuerzo de 
			todos los colectivos que influyen en el cumplimiento de la tarea 
			diaria al central". 
			Desde tres frentes —las unidades empresariales Cándido González, 
			Panamá y Batalla— llega a diario el tributo cañero al central de 
			Vertientes, una parte a través del ferrocarril y el 34 % mediante el 
			tiro directo al basculador, considerado este último uno de los 
			puntales para hacer las cosas mucho mejor. 
			"Son más de cien días de zafra continua, sábados y domingos, casi 
			sin parar. Las máquinas se resienten, faltan piezas de repuesto, los 
			hombres se agotan; sin embargo, están presentes la respuesta 
			positiva y el aporte cotidiano de la mayoría de los pelotones para 
			entregar la caña contratada. 
			"Considero que no debe haber dificultades para cumplir el plan de 
			azúcar en la fecha prevista. Al central todo le está saliendo bien, 
			está muy eficiente, y eso compromete a las unidades inmersas en las 
			labores de cosecha a multiplicar los esfuerzos en esta recta final 
			para que no bajen los ritmos de molida".  |