Los males del béisbol

Aliet Arzola Lima

Muchos no disfrutan la llegada del lunes, pero yo espero que el día de hoy nos regale un béisbol de mayor calidad en la segunda ronda de la 52 Serie Nacional, pues lo acontecido el fin de semana no me dejó un buen sabor, sobre todo porque afloraron múltiples deficiencias en cada renglón de juego: errores claves a la defensa, descontrol del pitcheo y pobre oportunidad de los bateadores.

Si bien los aficionados vibraron con marcadores cerrados —salvo en los duelos del Labra pinero— hasta los compases finales, no se jugó una pelota de altura, no la que se pensaba existiría en la presente fase dada la calidad de las novenas en liza, las mejores de la etapa precedente reforzadas en sus puntos débiles con jugadores de notable rendimiento.

Fallaron el pitcheo, la defensa y, aunque le resulte extraño, también flaqueó el bateo, contrario a lo que muestran los marcadores abultados y un promedio de casi 11 carreras por pleito. Me explico, se embasaron 62 hombres por boletos, se conectaron 167 jits, de ellos 22 dobles, par de triples y 14 cuadrangulares, pero quedó una impresionante cifra de 121 corredores en circulación, muestra evidente de que no se produjo oportunamente.

Este mal ronda nuestro béisbol y quizás no tiene intenciones de dejarlo, dado que la tendencia se repite año tras año e, incluso, se expande a nuestras selecciones nacionales. Trabajar en el asunto es vital, tal vez sin pensar tanto en la mecánica de un bateador para afrontar un turno de importancia, sino en el enfoque y el manejo de la presión, pues a veces parece que los toleteros no están lo suficientemente concentrados para cambiar con un swing la decoración del partido.

Similares carencias afloran en los lanzadores, sumadas a un manifiesto descontrol que los coloca en situaciones comprometidas, los fatiga por trabajar en exceso y atenta contra la fluidez del juego. El fin de semana, por ejemplo, los serpentineros otorgaron 62 boletos y propinaron 77 ponches, para una deficiente proporción de 1,2 estrucados por cada pasaporte gratis.

Por si fuera poco para los pitchers, que también carecen de las armas para dominar a alineaciones poderosas, sus defensores cometieron 17 marfiladas en ocho desafíos, promedio de dos por partido, que costaron diez carreras sucias.

Como vemos, cada uno de los renglones de juego hizo aguas en mayor o menor medida, pero siempre atentando contra el equilibrio del juego y, por ende, contra el buen espectáculo, que es preciso no confundir con pleitos de muchas carreras y definiciones in extremis.

Por supuesto, cada regla tiene su excepción y esa estuvo en el José Ramón Cepero avileño, donde los actuales monarcas y Pinar del Río, colgados de los brazos de Vladimir Baños y Vladimir García, se enfrascaron en un tenso duelo decidido a favor de los locales en el noveno por sencillo impulsor de Maikel Cáceres. También cerrado, el duelo entre Gallos y Naranja.

Además, queda espacio para el destaque individual y en ese sentido se lleva las palmas el toletero granmense Yordanis Samón, ahora con Isla de la Juventud, quien despachó tres vuelacercas el sábado y remolcó nueve ante el pitcheo matancero, mientras el camagüeyano William Luis destrozó a Industriales con seis empujadas y cuatro anotadas.

ANOTACIÓN POR ENTRADAS
LATINOAMERICANO C H E
CFG 102 000 030 6 11 0
IND 010 000 000 1 6 1
G: Noelvis Entenza (8-2). P: Odrisamer Despaigne (6-3). Jr: Lisbán Correa.
CRISTÓBAL LABRA C H E
MTZ 011 100 000 3 11 2
IJV 410 013 00X 9 13 0
G: Wilber Pérez (11-2). P: Darién Núñez (4-6).
AUGUSTO C. SANDINO C H E
SSP 010 001 000 2 8 2
VCL 000 000 021 3 7 0
G: Jonder Martínez (3-4). P: Yaisel Sierra (1-1). Jr: Yunior Paumier.
JOSÉ R. CEPERO C H E
PRI 000 000 000 0 4 0
CAV 000 000 001 1 12 1
G: Vladimir García (5-4). P: Isbel Hernández (4-3).
 

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