Tenemos ahora al Pontífice N° 266: Francisco, latinoamericano,
nacido en Argentina. En esta lista oficial, iniciada por el apóstol
Pedro, constan 263, ya que Benedicto IX ocupó por tres veces el
pontificado: elegido en 1032, lo depusieron por corrupto en 1044;
volvió a serlo en 1045 y abdicó meses después, para regresar en
1047, hasta que fue definitivamente apartado en 1048.
Hasta el siglo IV los papas eran elegidos por el voto de los
diáconos y presbíteros de Roma. Al igual que los fieles de las
distintas diócesis votaban para elegir a sus propios obispos. Así se
evitaba que los demás obispos se entrometieran en las cuestiones
internas de la sede romana.
El pontificado más corto de la historia fue el de Esteban II, de
apenas tres días. Y el más largo el de san Pedro, 34 años. Seguido
por Pío IX, que dirigió la Iglesia durante 32 años. La media es de 8
años, que se cumplió en Benedicto XVI.
El periodo más largo en que la Iglesia estuvo acéfala fue de 3
años, 7 meses y 1 día, desde octubre del 304 hasta mayo del 308.
Nueve papas renunciaron a la jefatura de la Iglesia: Clemente I
(año 88); Ponciano (235); Silverio (537); Juan XVIII (1009);
Benedicto IX (1045); Gregorio VI (1046); Celestino V (1294);
Gregorio XII (1415), y Benedicto XVI (2013).
La renuncia más ejemplar fue la de Celestino V. La tardanza del
cónclave llevó al monje eremita Pedro Morrone a escribir a los
cardenales, acusándolos de abusar de la paciencia del Espíritu
Santo. Golpeados por dicha carta, los cardenales lo eligieron a él.
Entronizado con el nombre de Celestino V en 1294, no soportó la
politiquería eclesiástica y renunció cuatro meses después. En la
bula declaró hacerlo para "salvar mi salud física y espiritual". Y
regresó a las montañas. Más tarde fue canonizado.
El encerrar al colegio cardenalicio reunido en cónclave (o sea
con llave) comenzó en 1274, cuando ya llevaban dos años y nueve
meses, en Viterbo. La población decidió mantenerlos a pan y agua y
quitarle el techo al local. Debido a la penuria y a los rigores del
frío, los cardenales aceleraron la decisión.
La elección de papas por los cardenales comenzó en 1059. Cardenal
viene de ‘cardo’, gozne de la puerta, y es el título de honor que el
Papa tiene derecho a conceder a cualquier católico, como hizo Juan
Pablo II al dar el capelo cardenalicio a dos teólogos europeos: al
dominico francés Yves Congar y al sacerdote suizo Hans Urs von
Balthazar. Había también un cardenal in pectore, o sea
conocido solamente por el corazón del papa y por el nombrado.
La Iglesia tiene hoy 209 cardenales en 48 países; de los cuales
115 eligen al nuevo Papa, por tener menos de 80 años (otros dos
electores renunciaron al derecho de votar: el de Indonesia por
enfermedad, y el de Escocia por admitir haber cometido abusos
sociales).
Pablo VI fijó en 120 el número máximo de cardenales presentes en
un cónclave. La elección por 2/3 de los votos fue decidida por
Alejandro III en 1180, cambiada por Juan Pablo II (la mitad más uno)
y alterada de nuevo por Benedicto XVI (de nuevo 2/3).
Todo varón bautizado en la Iglesia Católica es virtualmente
candidato a Papa. Pero si es elegido debe abandonar a su familia,
abrazar el celibato y ser consagrado obispo. Gregorio Magno, elegido
en el 590, era gobernador de Roma. El último Papa no cardenal fue
Gregorio XI, elegido en 1370.
El primer Papa en renunciar a su nombre de pila para adoptar uno
nuevo fue Juan II (533), que se llamaba Mercurio, considerado un
nombre muy pagano para un Pontífice. Nunca ningún Papa adoptó el
nombre de Pedro II ni el de los evangelistas Lucas y Mateo.
El nombre más adoptado es el de Juan (23 veces), seguido por
Gregorio y Benito (16 veces), Clementino (14), León e Inocencio (13)
y Pío (12). De los 264 papas, 210 nacieron en Italia, 16 en Francia,
12 en Grecia, seis en Alemania, seis en Siria, tres en Palestina,
tres en España, tres en países de África y dos en Portugal.
Inglaterra, Holanda y Polonia, cada uno de ellos dieron un único
Papa.