Los Búfalos avileños

El respeto ganado

Yoel Tejeda Pérez

La entrega absoluta, no plantearse nunca cartas más bajas, y un mantenido enfoque para rechazar las múltiples distracciones con que fueron bombardeados a diario negándoles su calidad de favoritos, constituyeron claves para que los Búfalos de Ciego de Ávila conquistaran su séptimo cetro en la XIX Liga Superior de Baloncesto, concluida hace unos días en la Ciudad de los Portales. Si los monarcas defensores aparecían como inferiores en el papel —comparados con la nómina presentada por sus rivales de Capitalinos—, confiaron en su talento, jugaron con ahínco y sacaron a relucir su casta de campeones. A los alumnos de Yoanis Zaldívar se les había subestimado con vaticinios adelantados que los excluían de la posibilidad de alcanzar el título, sin embargo, aprovecharon una buena oportunidad para demostrar de qué están hechos, y el producto fueron las cuatro victorias consecutivas que los coronaron en casa, en una abarrotada sala Giraldo Córdova Cardín que no dejó de apoyar ni un solo segundo a sus anfitriones.

Foto: César A. Rodríguez Los Búfalos sacaron a relucir su casta de campeones.

Nuevamente el ídolo local, Joan Luis Haití, mostró su liderazgo y sangre fría en los momentos cruciales, ya fuera penetrando hacia el fondo del aro o consagrándose como dueño absoluto de los rebotes (bajó 22 y 18 en el cuarto y quinto partidos, respectivamente). Para apoyarlo en la lucha bajo el tablero estuvo "La Muralla" Vanier Reyes, todo un baluarte defensivo que suplió con creces de esta manera su inefectividad anotadora.

Y qué decir del habilidoso William Granda, indescifrable para cualquier defensa y quien, con una naturalidad escalofriante, encestó todas las bolas que caían en sus manos. Se trata de un jugador integral que aporta mucho a ambos lados de la cancha y que, como colofón a una buena temporada y excelente desempeño en los play off, recibió merecidamente el premio de Jugador Más Valioso de la Liga en esta edición.

No se puede dejar de mencionar el crecimiento como baloncestista experimentado por el base Yasser Rodríguez, cuyo liderazgo ha aumentado. Al parecer, ha ido encontrando el equilibrio justo entre anotar y distribuir, y eso lo hace aún más peligroso.

Además de estos cuatro atletas antes mencionados, hay que destacar el papel de los suplentes que cumplieron su rol con eficiencia, entrando en los momentos justos en que debían hacerlo gracias a un buen manejo de los cambios por parte del colectivo técnico encabezado por el timonel Zaldívar y su asistente Michael Guerra.

Alguien comentó una vez que "lo más importante es amar el juego", y creo que esta, precisamente, fue la máxima de un equipo avileño que convirtió a los Búfalos en los máximos ganadores del baloncesto cubano.

 

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