Alexei Mestre

Refuerzo de altos quilates

Yoel Tejeda Pérez

Tal vez, por ignorancia, muchos no reparen en el excelente jugador que tienen delante en ese momento y lo confundan con otro que aparece registrado con el número ocho que lleva actualmente en su camiseta. Esto lo viví días atrás cuando un colega del gremio cometió el error de guiarse por una nómina desactualizada y anunciaba cada jugada hecha por este atleta a la cuenta de Julio César Villegas.

Foto: César A. RodríguezMestre también sobresale por su avispada defensa.

"Por eso mis amigos me preguntaron por qué no había jugado, al escuchar el partido por la radio", me confesó con serenidad al enterarse de esta peripecia. Y es que, a pesar de lo inconcebible del hecho por tratarse de un integrante de la selección nacional cubana desde hace cuatro años, el espirituano Alexei Mestre (19 de agosto de 1986) ya tiene bastante con lidiar con una lesión en la espalda que le impidió hacer una buena pretemporada; aunque su contribución como refuerzo para la causa de los Tigres de Camagüey ha sido determinante en la clasificación a los play off, sobre todo a la hora de organizar los esquemas elaborados por su mentor Leonardo Pérez.

Al preguntarle sobre esos momentos en que se le nota frustrado, tras penetrar con facilidad al aro —pese a su pequeña estatura de 1,81 m— gracias a excelentes movimientos en el manejo del balón, y luego fallar la canasta o el pase, comenta que le sucede en ocasiones, pero "creo que la causa pudiera ser la poca preparación que tuve, pues prácticamente estoy jugando sin entrenar".

Sus primeros pasos en el baloncesto datan de cuando cursaba el séptimo grado y de ahí en lo adelante, influenciado por su tío Leonardo Mestre, transitó por todas las categorías hasta llegar al Torneo de Ascenso con una escuadra espirituana que, lamentablemente para él, no ha podido clasificar para la Liga Superior y lo ha obligado a desempeñarse como refuerzo en otros conjuntos. En sus primeros dos torneos de esta índole formó parte del plantel agramontino, al año siguiente quedó subcampeón nacional con Ciego de Ávila y en la última edición vistió la franela de los Lobos villaclareños.

Mas, la filosofía de este creativo e inteligente joven es muy precisa: "Trato de aprender algo nuevo en cada salida a la cancha y siempre doy lo mejor de mí por cualquier equipo que juegue".

Así de simple lo ve el zurdo Mestre, quien, además, se considera un estudioso de su posición como defensa organizador. "Me instruí mucho porque este es el rol más difícil en el baloncesto. Lo estudio para ser un armador más completo y seguir asistiendo consistentemente a mis compañeros".

 

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