"Después de la Presidencia me he dedicado a colaborar con un
programa de Naciones Unidas sobre seguridad en las Américas", cuenta
al principio de la conversación. "En el tiempo libre he comenzado a
desarrollar con mis hijos un proyecto agrícola ahora que tenemos
tiempo para llevarlo adelante. Estoy en una fase de aprendizaje de
algo que había soñado".
En el diálogo, como es de suponer, José Martí es un primer
peldaño.
¿Cómo sienten a Martí los guatemaltecos de hoy?
"En Guatemala, Martí es una presencia muy cercana. Yo crecí en
una familia donde se le tenía un gran respeto y admiración por
Martí. No olvidemos que en mi país Martí vivió experiencias
inolvidables, conoció a los pueblos originarios y entendió que sin
sus culturas era imposible construir la nación. Luego está el poeta
que escribió los hermosos versos de La niña de Guatemala, al
evocar a aquella jovencita que quedó prendada de él. Los vínculos
entre Cuba y Guatemala no solo tienen en Martí a una figura
esencial. También está José Joaquín Palma, el poeta bayamés, amigo
de Martí, que nos regaló la letra de nuestro Himno Nacional. Palma
dirigió una escuela de nivel secundario, intimó con el expresidente
Miguel García Granados, padre de la adolescente que inspiró el poema
de Martí.
"Hay otra coincidencia en el contexto en que Cuba y Guatemala
conmemoran el aniversario 160 del natalicio de Martí, y es que
también allá y acá estaremos recordando el centenario del nacimiento
de un gran guatemalteco que residió y trabajó aquí y es uno de
nuestros más importantes intelectuales, don Manuel Galich".
Usted vive y ha hecho política en medio de una sociedad muchas
veces estremecida por la violencia de bandas pertenecientes al
crimen organizado. ¿Es un problema endémico o tiene solución?
"Definitivamente Centroamérica es el paso obligado de todo lo
bueno y todo lo malo, de Norte a Sur y de Sur a Norte, y uno de los
flagelos es el narcotráfico, con la carga de violencia,
inestabilidad social, ingobernabilidad e inseguridad ciudadana que
arrastra. La erradicación del narcotráfico se presenta como una
tarea muy compleja, pero no podrá ser encarada aisladamente por cada
uno de nuestros países. Un paso positivo durante mi mandato
presidencial consistió en coordinar estrategias comunes con otros
gobiernos centroamericanos. Advierto, sin embargo, que es mucho más
decidida la concertación a nivel de diversos estamentos de la
sociedad civil que entre los aparatos especializados de
enfrentamiento. Se requiere mucha voluntad política. En Cuba se ha
resuelto el problema de raíz y no solo con actuaciones punitivas,
sino con la prevención, la educación y, lo que es más importante,
dándole oportunidades a la juventud".
En la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), recientemente efectuada en Santiago de Chile, el
Presidente cubano habló de nuestra experiencia en el combate contra
el narcotráfico y el consumo de drogas. ¿Qué opinión le merece ese
pronunciamiento?
"No caben dudas acerca de la trascendencia de ese aporte. Es más,
diría que la CELAC, como nueva instancia de integración, puede hacer
mucho por encarar el tema de manera conjunta y exitosa".
¿Cómo ve las perspectivas de un enfrentamiento a escala
internacional del narcotráfico?
"Uno de los graves problemas pasa por la falta de un enfoque
integral de las soluciones. Se puede perseguir, arrestar y aniquilar
a los traficantes que vienen de nuestros países, destruir redes de
distribución y laboratorios, pero todo volverá a reproducirse como
un círculo maldito si no se toman medidas efectivas y drásticas en
los grandes países consumidores, dígase Estados Unidos y Europa, que
golpeen las enormes finanzas que genera el narcotráfico e impida el
blanqueo de dinero y su inversión en la economía. Me parece también
un contrasentido que en la frontera sur de Estados Unidos se libre
una guerra cruenta, denunciada por todos, mientras que nadie se
pregunte de dónde vienen las armas, ni quiénes ganan con el
suministro de fusiles de asalto y ametralladoras".
Al margen de su participación en la Conferencia por el Equilibrio
del mundo, ¿algún momento de esta estancia cubana que quisiera
recordar?
"Conocer a los familiares de los jóvenes cubanos que permanecen
en cárceles norteamericanas. La entrega, la paciencia y el
sacrificio de esos jóvenes y sus familiares resultan conmovedores.
Suscribo lo que dije ante los participantes en la Conferencia: fue
una suerte que el natalicio de Martí estuviera marcado por una fecha
que el calendario maya consagra como el día de la profecía de los
hombres sabios y eso es lo que hemos vivido aquí. Hay otra fecha que
indica el día de la justicia y estoy seguro llegará cuando regresen
los Cinco a su tierra querida. Nos merecemos vivir ese día".