Temas beisboleros

Exceso de paternalismo

SIGFREDO BARROS
sigfredo.bs@granma.cip.cu

Dos elementos han caracterizado esta recién concluida primera mitad de la 52 Serie Nacional de Béisbol. Uno, muy positivo, el aumento de la espectacularidad y la rivalidad en la mayoría de los partidos. Otro, muy negativo, el constante cambio de calendarios y de decisiones que tienden a desorientar a la afición, la principal animadora de nuestro deporte por excelencia.

De lo primero es mucho lo que se ha comentado. Decenas de juegos decididos por el estrecho margen de una o dos carreras dan fe de la entrega y la determinación de salir al terreno con la victoria en mente. Hubo que esperar hasta el jueves 31 de enero, fecha de cierre, para conocer la relación de los ocho clasificados a la segunda vuelta.

Lo segundo ha sido objeto de más de una crítica. El calendario original sufrió modificaciones casi a diario, con choques programados para el horario de las 7:00 p.m. sin ningún aviso previo. Ello se unió a una tendencia al conocido "donde dije digo, dije Diego": se habló de una Liga de Desarrollo que ahora no se efectuará —eliminando el necesario enlace entre los más jóvenes y el nivel superior—, y recientemente llegó el anuncio de que no se les dará baja a cinco jugadores para asumir a igual cantidad de refuerzos escogidos por los ocho finalistas.

Soy de la opinión de que ya nuestros equipos poseen una nómina bien cargada de 32 jugadores. Aumentarlas a 37 supone una erogación de gastos superior durante más de dos meses. Pero, no serán 37 exactamente: Matanzas utilizó 39 jugadores (de ellos 20 lanzadores) y los Industriales 37; de los restantes seis clasificados solo Pinar, Ciego de Ávila y Cienfuegos se ajustaron a los 32 peloteros originales.

Argumentos escuché en el sentido de que "constituye una injusticia separar a cinco jugadores que aportaron al equipo para aceptar a los refuerzos". Nada más alejado de la verdad. De los 531 peloteros que recogen las estadísticas oficiales, 46 bateadores no acumularon 15 comparecencias y 39 monticulistas no llegaron a trabajar cinco entradas, 85 atletas en total, de ellos más de una veintena de novatos. Si aumentáramos las comparecencias a 20 y la cantidad de innings lanzados a diez, la cifra pasaría del centenar.

Esto solo tiene un nombre: exceso de paternalismo. Aunque el pecado original estriba en permitir 32 hombres, a sabiendas de que se iban a efectuar solo 45 partidos y luego entrarían cinco más en cada uno de los ocho ganadores del pase a la final. 37 jugadores son demasiados. Solo en transportación, entre jugadores y dirección técnica no cabrían en un ómnibus, y ni hablar del costo económico en alojamiento y alimentación, para que quizás juegue una parte de la nómina.

Se impone un análisis serio de este tema, teniendo muy en cuenta la situación económica del país, que realiza cada año un esfuerzo extra para dotar a nuestros peloteros de las mejores condiciones posibles. La economía está reñida con el paternalismo.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir