El Cimarrón, encuentro de dos vanguardias

Andreas Baesler estrenará en La Habana la ópera de Hans Werner Henze sobre la novela testimonio de Miguel Barnet

PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

"Siempre quise montar esta ópera en La Habana, pues ella es un punto de encuentro entre dos expresiones de vanguardia: la música más avanzada de su época y la narración que dio nacimiento a una nueva forma de la literatura testimonial, ambas con una carga política y social revolucionaria".

Foto: Yander Zamora Baesler consulta con su asistente Claudia Pazos detalles de la partitura.

Bajo esa convicción, el director escénico alemán Andreas Baesler estrenará mañana viernes 15 de febrero, a las 8:30 p.m. en el Centro Cultural Bertolt Brecht, la ópera El cimarrón (1970), de su compatriota Hans Werner Henze (1926-2012), basada en la novela testimonio Biografía de un cimarrón, de Miguel Barnet.

Concebida originalmente como recital para voz, guitarra, flautas y percusión —así se escuchó por una vez en Cuba una década atrás en el teatro Amadeo Roldán—, Baesler ha asumido la partitura con una visión espectacular —"una ópera con todos los elementos del género", declaró a Granma—, en la que intervienen dos cantantes (Marcos Lima y Yunier Gainza), el guitarrista Eduardo Martín; la flautista Zorimé Vega, el percusionista Luis Antonio Barrera, el actor Jorge Ryan, el bailarín solista Carlos Luis Blanco y tres parejas de la compañía Danza Contemporánea de Cuba.

Colaboran con Baesler el maestro Guido López Gavilán en la dirección musical, el coreógrafo Isidro Rolando y el diseñador suizo Kaspar Zwinpfer. Y están los apoyos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, la UNEAC, el Teatro Lírico Nacional, Ars Longa y el Instituto Goethe de Cultura Alemana.

"Me ha llevado entre cuatro y cinco años poder materializar este proyecto —explicó Baesler—, que tomó mayor fuerza luego de que conocí a Cuba, donde ya trabajé con el Teatro Lírico Nacional en una puesta de La flauta mágica, de Mozart. Aprendí a admirar la creatividad de este pueblo, su espíritu de innovación y resistencia. He tenido la oportunidad de conversar con Miguel Barnet, quien me ha contado muchas cosas interesantes, desde cómo recogió el testimonio de Esteban Montejo hasta su trato con Henze".

"Aquí he entendido mucho mejor por qué Henze vino a Cuba y al encontrar esa maravillosa novela de Barnet decidió componer El cimarrón —añadió—. A Henze no le gustó el curso de los acontecimientos en Alemania occidental luego de la Segunda Guerra Mundial, por eso se fue a vivir a Italia. Vino a Cuba en busca de las vivencias de una sociedad revolucionaria. Conversó con mucha gente, fue a los cortes de caña. Y encontró en Biografía de un cimarrón una historia digna de ser recreada a través de la música".

"Pienso —concluyó Baesler— que El cimarrón mantiene una vigencia intacta. La historia de Esteban Montejo es una metáfora sobre la rebeldía y la libertad válida para los tiempos actuales. La partitura de Henze, aunque parezca compleja y tenga elementos aleatorios, está escrita para llegar al corazón de todas las personas".

Además de Barnet, otro ilustre cubano se halla indisolublemente vinculado a la saga de El cimarrón. En el estreno mundial de la obra, que se produjo en 1970 en los festivales de Berlín y Aldeburgh (Gran Bretaña) intervino el maestro Leo Brouwer en la interpretación de la guitarra, junto al barítono norteamericano William Pearson, el flautista alemán Karlheinz Zoeller y el percusionista japonés Satomu Yamashita.

 

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